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Pedro Ontoso
Martes, 30 de junio 2015, 23:58
Un puñado de antiguos discípulos del sacerdote y periodista vasco Manuel de Unciti, en representación de la gran familia de la madrileña Residencia Azorín, que fundó y dirigió el cura de San Sebastián fallecido hace ahora año y medio, hemos formalizado el pasado fin de ... semana en A Coruña una asociación que lleva su nombre para que perdure la memoria y el legado de este maestro de periodistas. Manolo practicó y enseño un periodismo de combate. Educado en Roma y en París, combatió el fanatismo y la intolerancia y denunció las injusticias y la desigualdad; y, sobre todo, defendió el diálogo, la circulación de las ideas y del pensamiento, la libertad intelectual. 'La verdad, aunque duela', era su lema.
Esta evocación de su ideario tiene una gran actualidad en un fin de semana como el pasado, sacudido por los sangrientos y bárbaros atentados del yihadismo en Túnez, en Kuwait y en Lyon. En el porche del alojamiento rural Casa das Veigas, en Bergondo muy cerca del pazo de Figueroa, leo un artículo de Manuel Jabois. El periodista y escritor gallego reflexiona tras los ataques del islamismo irracional. "Cuando escucho religión veo violencia, desde la interpretación judeocristiana del Génesis, con un asesinato entre hermanos, hasta Alá en manos de los terroristas". Duro en su análisis, concluye que «un mundo sin Dios sería un mundo objetivamente mejor. Sería, para empezar, un mundo sin coartadas. Tanto para hacer el mal compara hacer el bien», sostiene el columnista.
Las palabras del periodista de Sangenjo resuenan en las viejas paredes de piedra de la iglesia del antiguo convento de las Capuchinas, en A Coruña, un escenario especial porque albergó las primeras misas en gallego. Lo resalta Andrés Torres Queiruga, también un teólogo de combate cofundador y exdirector de la revista 'Encrucillada', que ofició la misa en recuerdo de Unciti. Torres Queiruga, que ha sufrido persecución por su discurso abierto, firmó en el año 2000 el prólogo del libro 'Teología en vaqueros' (PPC), en el que el cura donostiarra escribía aquello de que "Dios es aragonés y encima no tiene bolsillos o los tiene rotos".
"Dios no hizo la muerte"
Pero el teólogo gallego reivindica que "Dios hizo la vida", que Dios "no ha hecho la muerte". Y cita el Libro de la Sabiduría, que toca en el calendario litúrgico pero parece especialmente escogido para la ocasión, cuando dice que "Dios no hizo la muerte, ni le gusta que el hombre pierda la vida. Todo lo ha creado para que exista, ha formado el mundo para que el hombre viva, sin poner ningún tipo de veneno de muerte. Pero la envidia del diablo introdujo la muerte en el mundo y los partidarios de él son los que hacen la experiencia de ello".
Torres Queiruga, que padeció el rigorismo inquisitorial de los cardenales Suquía y Rouco, predica que a Jesús le preocupaba el sufrimiento, los marginados. Y pide a los periodistas que estén atentos a las personas apartadas. Que usen el periodismo en favor de los demás. "Dar testimonio de la fe por la esperanza humana en una sociedad egoísta en la que unos acaparan y otros sufren la extrema pobreza". Nombra al Papa Francisco, que huye de los grandes discursos, pero realiza una catequésis diaria en favor de los que están en las cunetas, a la orilla de todo.
El artículo de Jabois lo cita también Oriol Domingo en su blog 'In saecula saeculorum' para responder a la periodista Julia Otero lucense, por cierto, de Monforte de Lemos, que ha enviado un tuit destacando la columna del periodista gallego. "Si Julia Otero dice que un mundo sin dios sería objetivamente mejor quiere decir que hay un mundo con dios y que este mundo con dios es objetivamente peor. Si habla desde al ateismo no tiene sentido que hable de dios. El mundo del ateo es un mundo sin dios. Este mundo sin dios está tan mal que es objetivamente mejorable. Si no hay dios no tiene sentido calificar a dios de malo. Si no hay dios, dios no es bueno ni malo. Pero a lo largo de la historia de la humanidad y en muchos lugares del planeta Tierra ha habido, y ahora también, situaciones sociales y políticas radicalmente ateas y, al mismo tiempo, inhumanas".
Vuelvo a Torres Queiruga. El filósofo de la Religión y miembro de la Real Academia Galega, autor del libro 'Alguien así es el Dios en quien yo creo' (trotta), y el columnista Jabois, ambos paisanos, podrían mantener un mano a mano intelectual sobre violencia y religión. El historiador británico Peter Watson, autor de 'La edad de la nada. El mundo después de la muerte de Dios' (Crítica), sostiene que detrás del extremismo religioso islamista "no está la fe en un Dios sino la venganza". Watson cree que la cultura es una alternativa a la religión, para Unciti eran la misma cosa.
Laicidad: el efecto de las Mareas
Fin de semana de contrastes en una A Coruña sacudida por las mareas de un cambio político que también afecta a las tradiciones religiosas. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que comparte la tarde con unos amigos en la plaza de María Pita, reparte reproches entre los nuevos alcaldes: el de A Coruña, Xulio Ferreiro (Marea Atlántica); el de Ferrol, Jorge Suárez (Ferrol en Común), y el de Santiago, Martiño Noriega (Compostela Aberta). El hombre de Rajoy en Galicia les afea su conducta por no acudir a la catedral de Lugo al día siguiente de su toma de posesión y cumplir así con la Ofrenda de las Siete Ciudades del Antiguo Reino de Galicia al Santísimo Sacramentado que protagonizan gobernantes políticos desde el siglo XVII. "Hay que distinguir entre la tradición, de siglos, y las creencias personales", argumenta Nuñez Feijóo en la entrega de Medallas Castelao, el intelectual nacionalista. "Un pueblo que huye de su tradición renuncia a su identidad", sostiene la alcaldesa de Mondoñedo, Elena Candia, frente a los regidores de las Mareas, que invocan la laicidad de las instituciones civiles.
La aprobación de los estatutos de la nueva Asociación Manuel de Unciti se realiza en un salón del soberbio Pazo de Mariñán, una construcción del siglo XVIII tutelado por la Diputación de A Coruña, que se asoma entre eucaliptus bicentenarios y jardines de camelias a las marismas del Mandeo, el río que abraza la singular Betanzos. Periodistas y amigos de Galicia, Euskadi, Burgos y Madrid, acompañados por familiares, recordamos al añorado Manolo: su extraordinaria calidad humana, su enorme sabiduría, su inagotable vitalidad y su insondable generosidad. Su fuerza para contagiar la pasión por este oficio y su empeño en formar periodistas desde la óptica del humanismo cristiano.
De regreso a la capital, rodeo por Sada y Oleiros, sobre las Rías Altas, con las explicaciones de Carlos Veira, uno de los anfitriones. La ciudad sestea mientras la bruma, que anuncia un poco de orballo, se adentra desde el mar y se fija en el musgo de los muros del Pazo de Meirás, la antigua residencia de Emilia Pardo Bazán, donde veraneaba el dictador Franco. Y se cuela por la escultura del Che Guevara, en una rotonda de Oleiros, el séptimo ayuntamiento más rico de Galicia. Angel García Seoane, un enamorado de la revolución cubana, ha revalidado su cargo como alcalde (Alternativa dos Veciños) en un municipio sembrado de chalés, propiedad de grandes fortunas. Fin de semana de contrastes en Galicia.
Obligada e inolvidable la visita al museo de 'La Voz de Galicia' con cerca de 5.000 portadas centenarias que se han convertido en auténticos incunables: la muerte de León XIII, el anuncio del fallecimiento de Hitler, la muerte de Emilio Castelar, el comienzo de la Primera Guerra Mundial ... Sobredosis de periodismo ciudadano, político, relgioso o satírico. Cabeceras de todo tipo, algunas con nombres como 'Lau-Buru' (diario de Pamplona), 'La boina' (Dios, Patria y Rey) o 'El Obrero'. Y 38 máquinas de producción: una minirotativa Winkler Fallert de 1930, linotipias, una máquina a vapor de secar tejas de cartón, una matrizadora de etiquetas... Es como un parque temático de viejos dinosaurios. Un parque jurásico de la Comunicación. El papel resiste, pero el futuro es digital. De la calle de la Prensa a la de la Moda. En el polígono de Sabón (Arteixo), cerca de donde se abren camino los accesos del puerto exterior de Punta Langosteira, se levantan los pabellones de Inditex, el imperio de Amancio Ortega. Eso si que está de moda. También la religión: el Papa Francisco ofrece titulares todos los días.¡Cómo habría disfrutado Unciti con este pontífice! Pues sí, un fin de semana de contrastes y emociones en A Coruña.
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