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El lehendakari Urkullu y el obispo Iceta, en Markina, junto a un busto de Arizmendiarrieta.
Arizmendiarrieta, de un caserío de Markina a Seúl

Arizmendiarrieta, de un caserío de Markina a Seúl

Las ideas del padre del cooperativismo vasco resuenan en la inauguración del Instituto Karl Polanyi de Corea del Sur

Pedro Ontoso

Miércoles, 29 de abril 2015, 01:16

De Markina a Seúl. De Euskadi a Corea del Sur. El pensamiento, la inspiración ética y religiosa del padre Arizmendiarrieta han estado presentes estos días en la capital asiática con motivo de la inauguración del Instituto Karl Polanyi, historiador de la economía y filósofo social, azote crítico de la economía de mercado. El eco del sacerdote vasco, cada vez más cerca de la beatificación, ha recorrido miles de kilómetros para recalar en distintos rincones del mundo, lo mismo que las empresas que inspiró. Ahora lo hace en Seúl, emparentado con un antropólogo cuyas lecciones tienen hoy una enorme actualidad en un momento en el que confluyen distintas crisis. Frente a un modelo de globalización insostenible y de codicia rampante, las tesis de el cura de Mondragón son más oportunas que nunca.

Desde la década de los 80 Corea del Sur comenzó la búsqueda de nuevos modelos económicos más solidarios e inclusivos, con el objetivo de la emancipación personal y social. En esta búsqueda dieron con el cooperativismo de Mondragón, que se ha convertido en un modelo de referencia de un movimiento emergente en el país que cuenta ya con una red agrupada, la Federación Coreana de Cooperativas, donde han aprendido a pronunciar en coreano el nombre Arizmendiarrieta y el Aurrera beti! que él solía decir, según relatan quienes han viajado a la república asiática.

Hace dos años fue creado el Instituto HBM para la difusión del cooperativismo en Corea el cual suscribió hace un año un acuerdo de colaboración con la Universidad de Mondragón, en cuyo marco se encuentra la misión del que fuera profesor de Mondragon Unibertsitatea residente en Seúl, Juan José Martin. En el impulso de esta iniciativa, hay una empresa cooperativa de distribución de comida Happy Bridge que provée a una cadena de 500 restaurantes. La mejora de la Ley de Cooperativas de 2012 y la convicción en los valores de la dignidad del trabajo y la participación de los trabajadores en la empresa llevó a sus propietarios a convertirse en cooperativa. Hoy, como afirma, el presidente de la primera cooperativa de trabajadores, el HB Culinary Center, Song Inchang, aspiran "a la creación de redes de colaboración con otras empresas, también en transformación, siguiendo el modelo de intercooperación de Mondragón", lo que abre posibilidades a ensayar nuevas formas de internacionalización basadas en la inter-cooperación a escala global.

Carlos García de Andoin, socio de la Asociación Amigos de Arizmendiarrieta y miembro del equipo que impulsa la causa de canonización, presentó el pensamiento antropológico, ético y espiritual de aita Jose María Arizmendiarrieta. En el público se encontraban personas de diferentes convicciones éticas y espirituales. Entre ellos la dirección Cáritas diocesana en Corea. El presidente del nuevo Instituto Karl Polanyi y líder de la red de Economía Social de Seúl, el pastor anglicano Song Kyong, confía en aumentar la colaboración futura. Entre sus planes inmediatos, se encuentra publicar en coreano el libro Pensamientos, de Arizmendiarrieta.

Polanyi y Arizmediarrieta, cada uno en su ámbito pero con elementos bisagra, están de actualidad. Los líderes de las economías mundiales acumulan horas de debate en busca de unas reglas que sirvan para enderezar un sistema que hace aguas. La crisis financiera ha hecho estragos. Se ha producido una deshumanización de los mercados. Son tiempos de paraísos fiscales, de dinero oculto y de avaricia. Impera la cultura del sálvese quien pueda frente al crecimiento de las desigualdades sociales. Polanyi ya avisó en su momento que la civilización del siglo XIX se ha hundido. Lo hizo en su obra maestra, La gran transformación, un trabajo escrito en 1944, pero publicado en España en 1989 (La Piqueta), donde interpreta la crisis social, política y económica que supone el ascenso del fascismo y la Segunda Guerra Mundial.

Construir una nueva moral social

¿Y que pasa con la civilización del siglo XXI? Ahora también vivimos una crisis global, empujada por una crisis financiera que ha cuarteado la línea de valores de las distintas sociedades. Ahora también es evidente la influencia del mercado mundial y financiero, que somete a los Estados y regula nuestras vidas. ¿Lecciones de Polanyi? Frente al Estado omnipresente y el mercado autoregulador, es el momento de la conciencia ciudadana, de la participación en la acción colectiva. Son tiempos de redistribución y reciprocidad, de solidaridad, para prevenir los riesgos sociales y recuperar a los desfavorecidos.

Son tiempos de reconstruir una nueva moral social. y en ese plano tiene mucho que decir el pensamiento de Arizmendiarrieta, un adelantado que ya fusionaba la socioeconomía con la democracia, al margen de las ideologías políticas. Sin duda, fue un visionario al apostar por la sociedad civil y defender los principios de la economía plural, al promover los derechos de las personas en la búsqueda del bien común. Lo predica ahora, con mucha más vehemencia, el Papa Francisco, cuando pone a la persona en el centro de la economía frente a "un capitalismo que mata".

Y es que el padre Arizmendiarrieta fue un hombre de acción que aplicó con coraje la Doctrina Social de la Iglesia. Parafraseando el discurso del filósofo Marcel Hénaff frente a los interogantes de Max Weber, el sacerdote vasco diseñó una ética católica junto al espíritu del no capitalismo. El sacerdote de Markina, un hombre audaz, impulsó su partícular gran transformación en el valle del Urola. Y en su momento, fue una respuesta social y evangélica revolucionaria. De todo esto se ha hablado estos días en Seúl, donde Arizmendiarrieta es conocido y admirado. ¡Quien se lo iba a decir a aquellos baserritarras del barrio Barinaga, en Markina!.

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