Jorge Barbó
Viernes, 5 de diciembre 2014, 00:49
Steve Butler (Matt Damon) llega a McKinley con sus cantos de sirena gasesos. El ejecutivo cree que en el maletín lleva una de esas propuestas que nadie en su sano juicio podría rechazar. Pretende sembrar unos cuantos miles de dólares en unas tierras casi baldías, ... donde apenas crecen unos matojos que se llevan al gaznate unas vacas escuálidas. A cambio, propone horadar aquel secarral en busca de hidrocarburos. Parece el negocio del siglo. Sin embargo, para su sorpresa, se encuentra con la oposición frontal de buena parte del pueblo, de unos granjeros que empiezan a desconfiar de ese tipo que ofrece duros a cuatro pesetas empeñado en convertir sus granjas en un gran queso gruyère. Y al final, el bueno de Steve también se acaba planteando si aquello era tan buena idea. Spoiler incluido, este es el argumento de la película 'Tierra prometida' (2013) de Gus Van Sant, una de las primeras en abordar el tema del 'fracking' en el cine. Lejos de Hollywood, en Euskadi, la oposición a esta práctica dio lugar a una ley para prohibirla de forma expresa. Pero, a estas alturas de la película, muchos se hacen estas preguntas: ¿En qué consiste? ¿Es peligrosa? ¿Qué beneficios puede traer?
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