Una salvajada como el ataque a la joven bilbaína remueve las entrañas de la sociedad y también de Izaskun Landaida, directora del Instituto Vasco de ... la Mujer y activista por la igualdad. Si bien ella no se deja llevar por sentimientos de indignación y rabia como los que el viernes inundaron la concentración de la plaza Arriaga. Lo analiza con perspectiva: se ha avanzado mucho ante un problema «estructural», pero «los datos evidencian que hay que seguir». Por eso urge ahondar en la prevención, la educación a la juventud y la implicación «a todos los niveles».
- Tres violaciones en Bilbao en mes y medio. ¿Qué está fallando?
- Mientras exista la desigualdad hay que seguir trabajando, porque esa es la raíz de este problema, que es estructural, multidimensional y global. Los datos lo evidencian. Es clave la actitud activa y conjunta de todas las personas. Avanzamos, aunque queda mucho hasta llegar al punto de tolerancia cero.
- ¿Las campañas de sensibilización no surten efecto?
- ¿Y si no se hicieran? La situación sería peor. Mire los países sin ellas. No existen fórmulas mágicas, sino trabajo en el cambio de unos valores enraizados en la sociedad. Provocar transformaciones permanentes que requieren tiempo.
- Pero, ¿cuánto tiempo?
- Hasta hace 15 o 20 años la violencia sexista se gestionaba en el ámbito privado. Ya es un problema público. La sociedad está más sensibilizada, es más solidaria con las víctimas y cada más mujeres denuncian; hay más movilizaciones y campañas, mayor eco mediático... Hoy es más visible, es innegable, pero también que la sociedad perpetúa actitudes y valores contrarios a la igualdad que nos ponen en un escenario difícil para evitar las agresiones.
- La mayoría de los agresores son jóvenes. ¿Es que vamos hacia atrás?
- El Observatorio de la Juventud de Euskadi es contundente. La gran mayoría rechaza esta violencia. Es muy peligroso generalizar. No podemos responsabilizar a los jóvenes de un problema que lleva siglos... Aprenden lo que ven, y si tienen actitudes machistas es porque las incorporan de su entorno. La sociedad tiene que reflexionar acerca del tipo de mensajes que les trasladamos. La educación en valores es uno de los instrumentos más eficaces. Es imprescindible facilitarles herramientas para discernir lo que es igualdad y lo que no. Familia, escuela, medios... todos debemos remar en la misma dirección. No siempre es así.
- Los ataques grupales aumentan. ¿Por qué?
- Es otra cara de la amarga realidad. Que una parte del problema permanece oculta. Como sucede con otras expresiones de violencia, también afloran estos ataques.
- Los expertos hablan de la incidencia del porno o las redes sociales en la juventud...
- Muchos acceden al porno desde muy temprano y normalizan las relaciones de poder y sumisión que destila. Si no se les enseña igualdad, aprenden desigualdad.
- ¿Hay coordinación pública?
- El trabajo institucional en el Plan de Igualdad es una seña de identidad. Y permitirá identificar nuevas estrategias ante este gran desafío.
- ¿Y la coordinación policial?
- En Bilbao la actuación y coordinación fue rapidísima. Pero cometeríamos un gravísimo error si reducimos la solución a la labor policial o institucional. Una respuesta adecuada nos necesita a todos. Continuar trabajando en equipo.
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