Sobrecoste de 8,5 millones y retrasos por la licitación y las protestas

En el caso de la Línea 5, los problemas comenzaron incluso antes de la adjudicación de las obras. En marzo de 2023, ETS tuvo que retirar el concurso público que había lanzado para encargar el tercer tramo (Galdakao-hospital) al cerciorarse de que había una serie de cálculos no contemplados en el presupuesto de los pliegos. Los técnicos tuvieron que rehacerlos e incrementar el importe de la convocatoria en 3,58 millones (casi un 5%), hasta los 62 millones. Se perdieron, además, tres meses.

Los imprevistos continuaron precisamente en este mismo punto geográfico. Los vecinos de Usansolo iniciaron una serie de movilizaciones para denunciar que el nuevo trazado iba a suponer la clausura de la estación que EuskoTren tiene en el centro de la localidad. Por este motivo, han estado protestando con el propósito de intentar entorpecer la salida de camiones del tajo abierto no muy lejos del hospital. Este verano, la empresa pública encargada de impulsar el proyecto, Euskal Trenbide Sarea (ETS), reconoció públicamente su preocupación por el hecho de que estas concentraciones estaban siendo un quebradero de cabeza para el correcto desarrollo de las obras en ese punto.

En los otros dos tramos, también se han detectado dificultades. Han aparecido servicios que no estaban en los planos. Y ha habido que asumir varias demoliciones que no figuraban en el proyecto, así como otras pequeñas desviaciones. Tanto es así que ETS autorizó hace unas semanas el primer modificado de contrato para inyectar otros cinco millones a un proyecto que superará los 365.