Baja asistencia en el primer día del cribado por el brote en un bar de Mungia

El testeo masivo se repetirá mañana también, con un número parecido de citas, y se prolongará, a priori, hasta el sábado. Que el cribado pueda alargarse en el calendario dependerá del número de personas vinculadas a este foco en el que hasta la fecha se han detectado seis positivos; dos trabajadores y cuatro clientes, según adelantó EL CORREO. Por el momento, el escenario no apunta a que pueda prolongarse.

No obstante, la situación podría variar en las próximas horas ya que el abanico fijado es amplio -cabe recordar que el llamamiento va dirigido a aquellos que estuvieron en el local entre el 21 y 26 de agosto- y el local es muy frecuentado por vecinos de todas las edades, en el que incluso se sirven cenas por la noche y cuenta con una amplia terraza. Además, el aviso se lanzó el martes por la tarde. Aunque eso sí, apenas bastaron unas horas para que el municipio se hiciese eco del llamamiento y contactase con Osakidetza.

Y tuvo su efecto. Durante la mañana, unos pocos accedían al Alfonso Espinosa, como Garazi Barturen y Nerea Musatadi, que estuvieron en el local el día 23. «Nos justamos para cenar y ver la final de la Champions -un día que concentró a un grupo amplio de personas en el local-. Fuimos cinco amigos de la cuadrilla, los otros tres vienen por la tarde», comentaban con cierto nerviosismo antes de someterse a la que iba a ser su primera prueba.

«No tenemos ningún síntoma, pero nos la queremos hacer porque nos da tranquilidad saber que no lo tenemos», razonaban ambas amigas. Un rato después Koldo Aurrekoetxea repetía el mismo camino y procedimiento. Él también estuvo un único día en el local cenando con otra persona y aunque cuidó todos los detalles, quiere borrar cualquier sospecha. «Mantuvimos en todo momento la distancia con el resto. Es más, cenamos en la terraza para no estar en el interior. Desde que recibimos el aviso he estado confinado en casa y ahora volveré a estarlo hasta recibir el resultado», comentó, siguiendo las directrices marcadas desde Osakidetza.

Con la noticia sobrevolando las calles, no son pocos los que tratan ahora de hacer memoria y recordar si estuvieron en el bar o han mantenido contacto con alguien que sí haya estado en él. Felipe Campos entra dentro de ese segundo grupo. «Nos llamaron porque un amigo mío estuvo en el bar y dio positivo. Nos juntamos un día después de que él estuviese en el bar. Usamos en todo momento la mascarilla, pero con la prueba me quiero quitar el susto», razonaba tras salir del hospital. «Espero que todo salga bien», casi imploraba.

El mismo deseo pedían algunos bares de la zona. Temen que el tiempo trascurrido entre las fechas señaladas en el cribado y el cierre del bar pueda haber hecho que algunos de esos clientes hayan frecuentado también sus locales. «Estamos preocupados, seguro que en estos días alguno de ese bar se ha movido por la zona. Ojalá que finalmente no venga la ola…», comentó Juan Izquierdo, del bar Sestutxa. Son conscientes de que «cualquier día le puede pasar a otro» y por ello estarán atentos a la evolución de casos ahora. «Estamos a la espera de ver qué pasa y dependiendo de eso tomaremos medidas», abundaban desde el Izarra.