«Los seis años de actividad de esta planta suponen muchas muertes»

La plataforma Güeñes Bizirik, que impulsó las demandas judiciales contra Glefaran y los responsables políticos acusados de consentir las emisiones tóxicas, se disolvió con el cierre de la planta, en enero de 2023, pero el procedimiento judicial ha continuado adelante.

Organizaron las dos manifestaciones más numerosas convocadas nunca en Las Encartaciones, con más de 2.500 personas cada una en contra de la empresa contaminante. Llenaron teatros con la intervención de científicos del CSIC, «que se pronunciaron de manera contundente contra un atropello así. Citaban 70 estudios epidemiológicos sobre plantas de biomasa que producían 33 tipos de cánceres», recuerda ahora.

Espera que «la Justicia sea capaz de dirimir responsabilidades, sin ningún ensañamiento» y cree que, tras el informe pericial de la Fiscalía y otras pruebas, «es difícil que salgan impunes».

«Los seis años de actividad de esta fábrica suponen cientos de muertes, tal cual. Y no es alarmismo», proclama. Le gustaría que el Gobierno vasco hiciera público el «mapa de la salud», en el que está convencido que se «produce una curva en los barrios aledaños a la empresa».

En su opinión, las emisiones afectaron especialmente a cuatro núcleos poblacionales como son «Sodupe, La Cuadra y Zaramillo, en Güeñes, además del barrio de Aranguren, en Zalla», unos 10.000 habitantes en un radio de dos kilómetros, aunque hay estudios según los cuales «depósitos de metales pesados se pueden encontrar a más de 15 kilómetros de distancia».