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JOSÉ DOMÍNGUEZ
Lunes, 25 de noviembre 2019
No pinta nada mal la idea de enfocar arquitectónicamente una instalación desde una perspectiva especialmente estimulante para la formación académica. De conjugar aulas tradicionales y ... espacios abiertos con el fin de fomentar el encuentro y la «eclosión» de ideas. De invitarle a uno a que fluya su creatividad bajo la imponente bóveda de la antigua Papelera de Zorrozaurre, a 15 metros de altura, mientras asiste a una lección abierta en el nuevo auditorio. A ras de suelo o desde la plaza que se ha habilitado en la primera planta. O a que se dibujen, a tiza y en las mismas paredes, los bocetos de nuevos productos o logos de marca, mientras se debaten sus virtudes o defectos con compañeros o profesores. O entre todos.
Pues todo eso y mucho más será posible en el nuevo Centro Superior de Diseño y Enseñanzas Artísticas que, a finales de enero inaugurará en la isla su sede más moderna y vanguardista. Sin perder su estética industrial, el pabellón se ha reinventado a sí mismo para acoger la nueva 'facultad' de Kunsthal, desde 1997 la primera y única escuela privada de la comunidad autónoma vasca en esta disciplina educativa.
Homologada. Fundada en Irún en 1997, desde 2016 es un centro superior.
Especialidades. Hoy en Bilbao oferta diseño gráfico y de interiores. Impartirá también moda y producto.
2.000 metros cuadrados de superficie útil en dos plantas habilitadas dentro de la nave.
350 alumnos contará el centro cuando esté a pleno rendimiento.
El concepto pasa por generar un «universo» particular constreñido entre las paredes de este viejo pabellón construido en 1958 y que prácticamente se mantienen intactas. Por respetar la mayor parte de su «arqueología» fabril, incluso se han dejado tal cual los desconches en los lucidos que dejan entrever sus entrañas de ladrillo en numerosas zonas. «Realmente solo hemos añadido una capa de celulosa especial en la cubierta para mejorar la acústica porque, cuando llegamos, hasta la radio se oía con eco y no podíamos ni entendernos», explica Ricardo Ruiz, uno de los profesionales de abr/+/arquitectos, el estudio que ha diseñado el nuevo centro y ha dirigido su construcción hasta rascar más de 2.000 metros cuadrados de superficie útil.
El corazón del proyecto es un espacio común similar al ágora, la plaza que aglutinaba la vida política, social y comercial de las antiguas polis griegas. Un auditorio con capacidad para más de cien sillas (ocultas tras la gran pared de madera del atrio) donde impartir clases o dar conferencias. Y que, cuando no tiene ese uso, mantiene un graderío en el que los alumnos se pueden sentar a charlar o estudiar. «Podrá convertirse también en un gran videowall, una pantalla gigante que ocupe toda la pared trasera y donde se podrá desde realizar visionados hasta conectarse vía internet con cualquier parte del mundo», añade Ricardo Ruiz.
A su alrededor emerge la atrevida estructura del nuevo centro superior de diseño: dos plantas (tres si se tiene en cuenta el aula extra que habrá en un tercer piso en uno de los laterales de la nave) levantadas en forma de 'L' a partir de ocho grandes 'cajones' que constituirán las únicas aulas cerradas, «de no más de 75 metros cuadrados cada una». El resto del espacio (salvo las estancias para secretaría y administración en los bajos) son grandes pasillos abiertos y una amplia terraza en el primer piso.
«Es un orden aparentemente casual que facilita los encuentros, la transversalidad, los espacios intermedios, de trabajo y de relajo que hacen que fluyan las ideas y la creatividad y, a partir de ahí, proyectos de interés», remarca su autor. De hecho, el 70% de la superficie son «espacios abiertos». A un lado, en un edificio anexo, contará con un restaurante-cafetería, «también abierto e integrado en el conjunto, aunque con paneles móviles para poder individualizarlo en eventos determinados». En el otro extremo, otra pequeña estancia albergará un taller para dar rienda suelta a todas las ideas, «donde tendrán cabida la serigrafía, el grabado o el dibujo artístico, y también para cortadoras e impresoras 3D que permitan hacer maquetas a escala con la mayor definición».
A esta gran instalación sólo le faltaba luminosidad, que en el pabellón se limitaba a varios lucernarios en la cubierta. Para lograrla, se han perforado doce ventanales en las fachadas. Grandes espacios rectangulares de cuatro metros de ancho por dos de alto que cuentan con la peculiaridad de que sobresalen 120 centímetros fuera del edificio, creando una sensación de ingravidez. «Los alumnos se pueden meter dentro de estos 'cajones' y observar desde allí el exterior».
Los cambios también afectarán a la entrada del futuro centro educativo. Mientras el edificio -una de las 19 joyas industriales que perdurarán en Zorrozaurre- fue la sede de Industrias Taibo y de Papelera del Nervión, el acceso estuvo siempre por la Ribera de Deusto. Con la reforma, sin embargo, la puerta principal pasará a ubicarse justo al otro lado, mirando hacia la calle central que se habilitará en la isla, a fecha de hoy todavía un páramo, «pero luego será el centro de la vida social y empresarial de la zona».
Áreas de encuentro y creación. El corazón del centro es un auditorio, el ágora, y predominan los espacios abiertos y compartidos.
Inversión. El edificio es municipal y el Ayuntamiento ha adjudicado los trabajos de reforma por 1,5 millones.
De pino local. Para levantar la estructura se han utilizado 1.200 metros cuadrados de paneles CLT de madera.
El director de la escuela superior, Gaizka Zuazo, no puede ocultar su ansiedad por iniciar las clases. En el actual centro provisional en Bilbao, en la calle Matiko, «solo tenemos cabida para 60 alumnos en dos especialidades, diseño gráfico y de interiores». En Zorrozaurre, sin embargo, las posibilidades se disparan. El reto que se ha propuesto es poner en marcha al menos otras dos carreras, moda y producto. Y cuatro aulas por curso para cada una, con una media de 15 o 20 alumnos por clase. Unos 350 en total. «Tenemos ya más de un centenar de solicitudes de inscripción, pero queremos crecer poco a poco a un ritmo de 40 o 60 estudiantes al año como máximo», afirma.
El plan del Ayuntamiento en Zorrozaurre pasa por, además de habilitar viviendas y nuevos espacios empresariales, convertir este ensanche de Bilbao en una «isla del conocimiento». Y Kunsthal, que imparte especialidades equivalentes a títulos universitarios, será el segundo centro educativo que se instale en la zona. Desde septiembre del año pasado ya funciona la universidad del videojuego y ya han empezado las obras para habilitar el campus de Mondragón. Incluso la Universidad de Deusto, la de Navarra y la de Cambridge quieren instalarse allí.
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