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Como queda claro, el lugar en el que se ve más fácilmente el cambio de panorama es en la calle, donde están los bares y las tiendas, pero el revolcón en el tejido productivo bilbaíno también se aprecia en otros ámbitos. Muy relevante es cómo ... se ha disparado la actividad en el sector tecnológico, vital ahora y con enorme proyección. Así, las actividades de programación informática casi se han cuadriplicado, al pasar de 64 negocios de este tipo en 2008 a 218 en 2021. Además, las empresas dedicadas exclusivamente a vender por internet se han triplicado (de 22 a 67).
Una cosa que ya se sabía, y que tiene su reflejo en las estadísticas del Eustat, es el engorde de la Administración. Justo antes de la crisis financiera había en Bilbao 3.533 establecimientos (así se denomina a toda actividad en el Directorio de Actividades Económicas, DiRAE) de los poderes públicos. En 2021 la cifra había escalado hasta los 4.276, es decir, un 21% más.
En el extremo opuesto, en el del declive, se encuentra todo lo vinculado con la burbuja del ladrillo que reventó hace más de una década. Los negocios vinculados a la construcción se han desplomado de 4.936 a 3.233 y las inmobiliarias de 396 a 264. Como daño colateral los establecimientos vinculados con la industria, la energía y el saneamiento también se han contraído enormemente, de 1.552 a 923 negocios.
Hay que tener en cuenta que hablamos mayoritariamente de establecimientos pequeños. El 93% de los 32.081 que existen en Bilbao cuenta con menos de diez empleados, y la inmensa mayoría (24.255) tienen dos o menos. Eso sí, los únicos negocios que han ganado presencia en la ciudad son los más grandes, los que tienen más de 500 trabajadores, ya que en 2008 había 21 y en 2021 eran 24.
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