Un programa municipal tratará de paliar el impacto mental de la pandemia en los bilbaínos

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Yolanda Veiga

La propuesta ha salido adelante en el pleno municipal de este jueves sin ningún voto en contra y con la única abstención de Elkarrekin Podemos, que habría querido un compromiso más ambicioso. La iniciativa partía de EH Bildu y su concejal Bruno Zubizarreta recordó el aumento de un «60% en los ingresos de adolescentes» por dolencias psiquiátricas en Euskadi y el impacto que está teniendo la pandemia en la población en general por la «total alteración de la rutina familiar y social». La portavoz del PP, Raquel González, también recordó que el virus «ha puesto al límite el aguante de muchos bilbaínos» que han sufrido y «siguen sufriendo» por la ausencia de «abrazos y visitas de la familia».

Desde Elkarrekin Podemos, Carmen Muñoz consideró que la iniciativa aprobada es insuficiente porque, a su juicio, se deberían reclamar más competencias para el área municipal de Salud y elaborar un programa especial de formación y asesoramiento para ciertos profesionales. Con todo, no votó en contra y se abstuvo.

Yolanda Díez comenzó recordando precisamente esto: que el Ayuntamiento únicamente tiene como misión la «prevención y la promoción de la salud», y en ningún caso le corresponde ni diagnosticar ni realizar tratamientos terapéuticos. De eso se encarga Osakidetza. Así, en el ámbito de actuación municipal, «estamos preparando una serie de talleres de apoyo emocional con adolescentes» en Zorroza, Ibarrekolanda y La Peña. Además, y para dar una «continua respuesta a las consecuencias de esta pandemia», se diseñan intervenciones con ciertos colectivos afectados: personas que sufren covid persistente; quienes han padecido la enfermedad y arrastran secuelas psicológicas; personas que han padecido el fallecimiento de algún familiar y no han podido resolver el duelo de forma saludable; mujeres con aumento en el consumo de psicofármacos motivado por la pandemia; adolescentes afectados psicológicamente por las consecuencias de la situación sanitaria; jóvenes de entre 18-35 años con consumos de psicofármacos debidos al daño psíquico producido por la epidemia; y personas Mayores, tanto el colectivo general como aquellas en situación de soledad no deseada cuyo aislamiento se ha visto incrementado por la covid.

Díez recordó que este tipo de actuaciones son las que tienen encomendadas y suponen «nuestra actividad diaria e ininterrumpida» haya patógeno o no. Aunque ahora, claro, se trata de adaptar las iniciativas a las necesidades que trae la pandemia. En esta labor apuntó la importancia de la colaboración con otras áreas, como la de Acción Social, y con organizaciones del tercer sector social.