«No salgo por la puerta grande, pero me voy habiendo completado la faena»

– Cierra su trayectoria política después de 24 años. ¿Siente que sale por la puerta grande?

– No, porque me voy de la forma más humilde posible, no quiero nada especial. Pero me marcho tranquilo, he ayudado a toda la gente que he podido. Creo que he cumplido con mi misión, he completado la faena sin acabar en la enfermería.

– Sin abandonar el lenguaje taurino, ¿cómo definiría su paso por la actividad pública?

– Siempre me ha gustado trabajar en equipo, así que yo me definiría como un miembro más de la cuadrilla. Entre los toreros, como en el resto de seres humanos, hay competencia, pero cuando el toro coge a uno, hasta el competidor máximo acude a salvarlo.

– ¿Cómo fue trabajar al lado de una personalidad tan fuerte como la de José María Gorordo?

– Es una persona que sabe escuchar y ha dejado un gran poso en Bilbao. En el fondo, el estilo de ciudad que tenemos ahora es el que planteó él cuando fue alcalde. Ortuondo concretó las cosas y Azkuna las ejecutó. Gorordo tuvo ideas muy rupturistas que no se entendieron al principio, como reconvertir la antigua fábrica en el parque Etxebarria. Muchos decían que allí se debían construir viviendas. ¿Qué dirán ahora?

– Ustedes dos se quedaron solos en el grupo de ICV poco después de comenzar. ¿Cómo lo vivieron?

– Con mucha frustración. En proyectos así hay dos elementos muy importantes: la cohesión y la lealtad al grupo.

– ¿Los tres concejales tránsfugas fueron desleales?

– Digamos que el árbol les impidió ver el bosque. Quisieron darle una caducidad a algo recién nacido.

– No solo estuvo en la oposición, también fue segundo teniente de alcalde con Azkuna.

– Fue un cambio de perspectiva, aunque para entonces la oposición ya tenía un papel muy importante en el Ayuntamiento porque podía presentar mociones. Estar en el Gobierno fue una gran responsabilidad y hasta me tocó ser alcalde accidental más de una vez.

– En los últimos cuatro años ha ejercido como asesor de Acción Social. ¿En qué ha consistido?

– Me he centrado principalmente en dos colectivos muy importantes: la infancia y los mayores. Hay que adaptarse a los cambios demográficos y la ciudad debe mirar desde sus ojos para que sea amable con todos.

– Volvió al Ayuntamiento de la mano de Juan Mari Aburto. ¿Qué es lo que le convenció de él?

– Lo conocí antes, en la Diputación. Por aquel entonces, Bizkaia estaba un tanto atrasada en servicios sociales respecto a Álava y Gipuzkoa. En los ocho años que estuvo Juan Mari como diputado hubo un desarrollo importantísimo en materia de bienestar.

– ¿Cuál cree que es el proyecto de ciudad del actual alcalde?

– Lo fundamental es que busca que esta ciudad tan bonita la podamos disfrutar todas las personas que vivimos en ella o quienes nos visitan. Que sea un lugar integrador con espacio para todas las diversidades.

– Aunque se jubila, sigue en la junta de Vista Alegre. ¿Funcionará el nuevo proyecto?

– La plaza estaba obsoleta y necesitaba una transformación. Me parece el proyecto de futuro que necesitaba un lugar que, al no estar en el centro, tiene una función integradora para toda la ciudad.

– ¿Los toros tienen futuro?

– Creo que desde el mundo taurino no hemos hecho un esfuerzo por abrirnos. Hemos estado ensimismados y otros han sabido lanzar un mensaje que ha sido recogido por gente que desconoce este arte. Tendremos que mejorar ese aspecto.

– ¿Cómo se concilia la tauromaquia y el nacionalismo vasco?

– Los toros nada tienen que ver con la ideología política, aunque se hayan querido asociar con determinadas posiciones. Y tienen una gran vinculación con el País Vasco.