De Rontegi al metro bajo la ría: las otras obras que cambiaron Bizkaia

La Diputación de Bizkaia tiene que hacer frente a una factura de casi 600 millones de euros a lo largo de los próximos años. Un presupuesto nada desdeñable que cerrará la segunda fase de la Supersur y abrirá una alternativa al tráfico rodado de Rontegi a través del túnel subfluvial de Lamiako. No es la primera vez que maneja cuentas del calibre. Obras de gran envergadura como la puesta en marcha del suburbano bilbaíno o el alzamiento del gigante de La Arena en Muskiz ya aflojaron los bolsillos de las arcas forales años atrás.

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La Variante Sur Metropolitana no entrará en pleno funcionamiento hasta 2023, pero la primera fase lleva siete años dejándose rodar. Circula desde Santurtzi hasta el barrio bilbaíno de Peñascal, 17,6 kilómetros de asfalto para los que se presupuestaron alrededor de 950 millones de euros a lo largo de cuatro años de trabajo. Hasta la fecha, el proyecto de mayor envergadura acometido por la Diputación. La fase final del trazado, que se extenderá desde Peñascal hasta la AP-68 en Arrigorriaga, cuenta con una previsión de 203 millones de euros de gastos; 36 millones más de lo que se estimó en el primer balance que se realizó en el año 2011.

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El 11 de noviembre de 1995, el lehendakari José Antonio Ardanza se subía a la cabina del primer vagón que se echaba a las vías del recién estrenado Metro Bilbao. Siete años de obras y una inversión de 100.000 millones de las antiguas pesetas -al cambio, 600 millones de euros- dibujaron los 26 kilómetros de la Línea 1, que discurría entre el Casco Viejo y Plentzia. Mucho más de lo que se dedicó para la Línea 2, que para la fecha de su inauguración había supuesto un gasto total de 240 millones de euros. Solo la colocación del cajón subfluvial que acercó el ferrocarril a la Margen Izquierda se tragó 72 millones de euros del presupuesto. A la Línea 4 se le augura un coste de 372 millones.

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«El paso elevado más extenso» de Bizkaia se anunciaba en el año 1992. Al viaducto de La Arena, en Muskiz, el premio le costó lo suyo: en total, lo que hoy vendrían a ser unos 18 millones de euros. Solo levantar este gigante de cuatro carriles costó 2.400 millones de pesetas, y la instalación de las partes metálicas otros 500. Por si fuera poco, los desperfectos detectados en los tirantes durante una revisión en 2014 obligaron a desembolsar otros 4,6 millones.

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Durante sus primeros años de vida, el puente de Rontegi pudo presumir de ser 'el más largo del mundo': porque no tenía ni principio ni fin, bromeaban los vizcaínos. Se levantó entre 1977 y 1979, aunque no se inauguró hasta 1983, un periodo en el que se mantuvo erguido a 41 metros de altura solo por sus tableros, sin accesos. El presupuesto de entonces, unos 2.400 millones de pesetas, incluidos los dichosos accesos, lo que al cambio serían unos 14,4 millones de euros. Su 25 cumpleaños lo celebró con una revisión a fondo que pasó con nota. Cada día, 137.278 vehículos circulan por la que, de momento, se mantiene como única conexión por carretera entre las márgenes de la ría.