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La metáfora del edredón explica muy bien por qué las políticas verdes, para no ser contraproducentes, deben ir de la mano del desarrollo económico y de cambios culturales y sociales. Lo explicó ayer Roberto San Salvador del Valle, director de Deusto Cities Lab: es como ... un edredón que debe cubrir una superficie. En una esquina está el desarrollo medioambiental, en otro el económico, en otro el social y en otro el cultural. Si se tira más de un extremo, deja desprotegido el opuesto. Así que todos esos ámbitos deben avanzar parejos. «Que se mueva todo junto hacia el cambio». Debe hacerse con cuidado, y en ello juega un papel crucial la gobernanza sensata.
Se ve muy bien por el lado empresarial. «El tránsito a lo 'green' ha de ser también económico», dijo el experto. Debe tenerse en cuenta que la industria de la automoción tiene un peso vital en el PIB, de modo que la transición sostenible ha de acompasarse con los cambios necesarios que ha de asumir el sector. Porque de poco valdría dar pasos hacia la sostenibilidad a costa de empobrecer a la población.
Y, además, cualquier avance por el lado tecnológico o económico tendrá poco calado si no cuenta con respaldo social. San Salvador del Valle se refería al «desarrollo en clave cultural, de valores». «Mucha gente sabe que usar el vehículo privado es malo, pero si llega el lunes y llueve, hace viento y el día anterior ha perdido el Athletic, coge el coche». Simplemente, porque es lo más cómodo. Así que «hace falta desarrollo cultural».
En varias ponencias se hizo énfasis en el papel relevante que tienen las administraciones para dirigir el tránsito y allanar caminos. Lo hizo Carlos Bergera, responsable de Relaciones Externas de Smart Mobility de Iberdrola, al lamentar que se tarde hasta dos años en poder instalar un punto de recarga para coches eléctricos por las tramitaciones engorrosas, sobre todo, con ayuntamientos. Y el director general del Grupo Renault, Sébastien Guigues, también alertó sobre «ir demasiado deprisa», porque diseñar un modelo cuesta «entre 500 y mil millones de euros y tres años de trabajo». En fin, que no puede haber cambios radicales de un día para otro.
Tampoco sería materialmente posible. Elena Rodríguez González, responsable de e-mobility en Ormazabal, alertó de que una eventual y poco probable electrificación masiva del parque móvil «puede suponer un reto para la red eléctrica» en ciertos sitios. Luis Morales, de Connected Mobility Hub, incidió en la necesidad de profundizar en las iniciativas público-privadas para engrasar todo el proceso hacia unas ciudades más sostenibles.
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