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Que el rey de España visite el Marítimo del Abra ya no sorprende a nadie a estas alturas. El primero en hacerlo fue Alfonso XIII en 1905. Después llegó el turno de Juan Carlos I, que concedió el título de 'Real' al club. Y este ... lunes ha sido Felipe VI quien se ha acercado a esta sociedad de la Margen Derecha, con motivo del acto de su 125 aniversario. Ya lo había hecho otras dos veces como príncipe para reunirse con círculos de empresarios, pero nunca como Rey.
El movimiento en los aledaños del club ha sido una constante durante toda la mañana. La seguridad propia de Casa Real convivía y se coordinaba con una Ertzaintza desplegada por todo el municipio. A los uniformados y trajeados con pinganillo se les han sumado los socios del club y los cientos que aguardaban la llegada del monarca con banderas, bolsos y camisetas de España.
A fin de amenizar la llegada del monarca, prevista para las 14.30, su seguidores más fieles aplaudían cada vez que un trabajador de la Casa Real hacía acto de presencia. Entretanto, al recinto iban llegando personalidades del territorio, como Mikel Torres, alcalde de Portugalete, Ricardo Barkala, presidente de la Autoridad Portuaria de Bilbao o el regatista Antonio Zubiría.
Mientras el gentío se amontonaba en el exterior, los actos comenzaron en el club, todavía sin presencia real. En un comedor presidido por los cuadros de Felipe VI y Letizia Ortiz, el presidente del Club, Manuel Sendagorta, tomó la palabra ante exdirectivos, cargos institucionales y socios. Así, destacó «el espíritu de superación y compañerismo» que ha llevado a la institución a pervivir «con el compromiso de impulsar su apego por el mar».
Conforme el acto central se desarrollaba dentro del edificio, en su exterior el nerviosismo se podía percibir y cada uno llevaba la espera como podía. La seguridad ultimaba los últimos detalles para que nada quedara en manos del azar. Algunos hacían tiempo con una cerveza en el restaurante El Saltillo, que pertenece al club y su terraza conecta con el paseo que se había montado para la llegada de Felipe. Otros, en cambio, hacían gala de su espíritu de resistencia al negarse a dejar su sitio para buscar sombra ante el calor asfixiante que hacía en Getxo. «Llevo tres horas esperando y de aquí no me mueve nadie», exclamaba una señora en primera fila.
Felipe VI apareció a la hora prevista escoltado por seis coches. El presidente del club y Denis Itxaso, Delegado del Gobierno en Euskadi, fueron los encargados de realizarle la recepción formal. La informal, en cambio, corrió a cuenta de los cientos de congregados, que entonaron 'vivas' al Rey, a España y a Getxo. La Sociedad Coral de Bilbao fue la encargada de dar la bienvenida oficial a Felipe. Así, entonaron el 'Agur Jaunak', la canción con la que se da la bienvenida a un recién llegado. Después fue el turno de la 'Salve Marinera', el himno de la armada.
Una vez acabados los cánticos, el Rey se acercó a saludar a los niños de la Escuela de Vela José Luis de Ugarte, quienes le regalaron una camiseta del club. Tras bromear con los jóvenes sobre su reciente campeonato junior europeo, procedió a saludarlos uno por uno, un acto que avivó los ánimos de los presentes, que respondieron con aplausos.
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