Estamos a comienzos de mayo y hace tres días, un bochorno infame se apoderó de Bilbao. La estación meteorológica de Zorroza registró 33 grados sobre las cinco de la tarde. Las jornadas sofocantes serán cada vez más frecuentes y por eso, las ciudades están apostando ... por plantar arbolado y renaturalizar espacios para refrescar el ambiente. En esa misma línea, el Ayuntamiento de la capital vizcaína decidió reconvertir la calle María Díaz de Haro en el primer «corredor verde» de la villa. Quiso transformar la arteria que arrojaba los peores datos de contaminación por tráfico en un vergel urbano para crear, a la larga, un paseo arbolado de casi un kilómetro entre Doña Casilda y Amezola.
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3 millones fue el presupuesto de adjudicación de esta primera fase de la obra
Transformación La calle, por la que antes pasaban 6.000 vehículos al día, solo tendrá un carril de circulación
La primera fase, entre el cruce con Autonomía y Simón Bolívar, arrancó en noviembre de 2021 con un presupuesto de 3 millones de euros. Y la contratista terminó ayer de plantar los ejemplares de arbolado que tendrá este tramo. Se han colocado los últimos 22 del total de 70 retoños que ya echan raíces en la calle. Por la arteria pasaban antes 6.000 vehículos al día, pero ahora solo habrá un carril de circulación y toma forma un parque lineal en el centro de la vía donde se han colocado la mayoría de los ejemplares. Ahí predomina el tilo plateado, pero también se han plantado encinas y arces de las variedades 'freeman' y 'red shine'. Más adelante, se colocarán praderas y distintas especies arbustivas en los parterres. En el resto de espacios ajardinados se utilizarán liriopes y hortensias de invierno. En las jardineras, habrá una mezcla de especies perennes y caducas: esferas de boj, rosa blanca, verbena, agapantos blancos y azules y gauras. Además, se favorecerá el crecimiento de las raíces en el subsuelo y se implantará un sistema de drenaje sostenible.
El Ayuntamiento dio una primera prórroga de las obras hasta abril, pero las labores se han retrasado y finalizarán en junio. Además de nuevas zonas peatonales y de estancia, el tajo incluye la construcción de tres zonas de juegos, iluminación a dos alturas que cambiará de intensidad en función de la hora y de la época del año y una fuente ornamental. En el futuro, las obras seguirán en la otra parte de la calle, entre el cruce de Simón Bolívar y la Gran Vía.
El Consistorio también va a utilizar esta arteria como «laboratorio» para medir el impacto de las mejoras en el confort térmico de los vecinos. La sociedad dependiente del Gobierno vasco Ihobe le otorgó una subvención para que estudie la contribución de las inversiones en esta calle en la mitigación del efecto 'isla de calor'.
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