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Los propietarios de una vivienda que se encuentra ubicada junto al mar en el acantilado de La Galea, en la localidad vizcaína de Getxo, la han reformado sin los permisos preceptivos pese a formar parte de un espacio de especial protección, dentro de una zona ... de servidumbre del dominio público marítimo-terrestre en la que se limita al máximo cualquier intervención urbanística. Los dueños de la empresa a cuyo nombre está registrada la casa realizaron durante el pasado mes de agosto una serie de obras que levantaron las sospechas de los vecinos por su envergadura. Rehicieron, blindaron y pintaron la fachada, y también cambiaron la cocina.
La rehabilitación fue realizada sin disponer, como mínimo, de las autorizaciones necesarias de la Agencia Vasca del Agua (URA) y de la demarcación de Costas, según ha podido saber EL CORREO tras consultar con esos dos organismos. A falta de confirmación oficial, al parecer los trabajos tampoco tenían el visto bueno del Ayuntamiento de Getxo, que en cualquier caso no podría haberlo dado sin los informes favorables de las otras dos entidades.
La vivienda, de unos 56 metros cuadrados, ubicada en una parcela privilegiada que desemboca en el acantilado y el mar Cantábrico, de algo más de 900 metros, figura en el registro de Empresas y Actividades Turísticas de Euskadi del Gobierno vasco desde el pasado 16 de septiembre. Y se oferta en la plataforma de pisos turísticos Airbnb por 439 euros la noche durante determinados fines de semana. Su nombre en el portal es 'La Galea Cliff' (que quiere decir 'La Galea Acantilado', en inglés) y se promociona con un anuncio que destaca «la tranquilidad del entorno» que «se fusiona con vistas panorámicas inigualables al Abra», dirigido a aquellas personas que buscan una «experiencia inolvidable para quienes buscan un descanso revitalizante con un toque de lujo y confort». La reforma ha generado bastante controversia en la zona y la Policía local de Getxo acudió el lunes a realizar un informe sobre la casa, ubicada en un lugar muy transitado por paseantes, excursionistas y deportistas.
El inmueble fue adquirido en 2023 por una sociedad, cuyo objeto social es la «realización de actividades de carácter inmobiliario», incluido el «alquiler turístico». Uno de los propietarios de la sociedad afirmó a este periódico que no han recibido ninguna denuncia y que «no han hecho nada que no sea legal» y que se han limitado a «arreglar», «pintar la fachada» y cambiar la cocina.
La vivienda en cuestión fue construida en 1970 con una estructura de hormigón armado y se encuentra pegada a las instalaciones de Salvamento Marítimo y al parking de La Galea. Según los datos del Registro de la Propiedad, dispone de cocina, baño, salón dormitorio, trastero y un mirador en el tejado al que se accede por una escalera adosada al edificio. Está catalogada como «vivienda aislada». Se trata de una figura que no existe ya en la ley vasca del Suelo. Se utilizaba para definir a las construcciones que estaban en terrenos no urbanizables y que, entre otras cosas, tampoco tenían un finalidad agropecuaria.
Las construcciones y las obras en estas zonas de especial protección se restringieron al máximo a raíz de la aprobación de la ley de Costas, de 1988. Se trata de espacios en los que se impusieron limitaciones en defensa del «interés general» ya que se consideró que, en caso de no existir límites, no se podría garantizar la «integridad física» ni el «libre acceso» y el «uso» de los espacios públicos. Entre otras cosas, se prohibió el uso residencial.
Sin embargo, se permitió la existencia de determinados espacios residenciales que ya estaban ahí antes de que se aprobase la normativa siempre que mantuvieran «su uso». A grandes rasgos, la regla básica era, según fuentes especializadas, que sólo se pudiesen realizar obras «de mantenimiento» en estos edificios. Pero nunca dirigidas a «perpetuar» unas construcciones que, según la nueva regulación, ya no pueden ser edificadas ahí. Y, en todo caso, estas obras necesitarían de bastantes más permisos que cualquier reforma en suelo urbano. En esta casa de La Galea, ni URA ni Costas dieron permiso para realizar la rehabilitación.
La vivienda del acantilado de La Galea se encuentra en una zona muy transitada por paseantes y excursionistas. Algunas personas que pasaban por ahí en agosto pensaban que se trataba de una construcción de alguna institución, ya que no hay edificios residenciales tan cerca del acantilado y se encuentra pegado a las instalaciones de Salvamento Marítimo. Pero muchos vecinos empezaron a «sospechar» cuando, entre otras reformas, se rehabilitó la fachada, que pasó de ser blanca a gris.
Las obras generaron el enfado de los residentes en los chalets de La Galea. Algunos insistían en que han necesitado «meses de papeleo» en el Ayuntamiento de Getxo para realizar una pequeña reforma y no se explicaban cómo se había concedido autorización para realizar una rehabilitación de esas características en un espacio protegido. «No podía creer que les diesen permiso para hacer eso», explica un vecino de la zona.
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