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El espectáculo de luz y color ‘Reflections’ superó ayer su última prueba de fuego: volvió a meter a decenas de miles de personas, no sin algunos agobios, en la avenida de las Universidades de Bilbao, el mejor mirador para seguir la producción artística con la ... que el Guggenheim ha festejado de forma gratuita el vigésimo aniversario de su inauguración. El acontecimiento se despidió anoche como lo había empezado hace cuatro días. Con una masiva asistencia que obligó de nuevo a controlar el paso de espectadores al recinto para evitar sustos. Según ha hecho público hoy el museo, 300.000 personas han disfrutado del espectáculo, una «magnífica» respuesta del público que desbordado las previsiones.
Eso son palabras mayores, teniendo en cuenta que ‘Reflections’ se ha proyectado en un formato muy concentrado de espacio y tiempo. La tribuna principal ha sido la avenida de las Universidades, en el tramo pegado a la ría entre los puentes de La Salve y de Deusto. Accesos en los que el despliegue policial, formado por 30 agentes de la Policía Municipal y 20 de la Ertzaintza, se ha tenido que emplear a fondo para regular el paso del público y abrir aliviaderos cuando había colapsos.
La multitudinaria asistencia se asemeja a las cifras de la Aste Nagusia en sus nueve días de fiesta -seguidos por más de un millón de asistentes-, pero con una gran diferencia. El espectáculo del Guggenheim se ha condensado en apenas tres horas al día en cada una de las cuatro jornadas programadas desde el miércoles. En total, 28 pases, siete diarios, para 300.000 personas.
Cristino Guerrero, un vecino de Portugalete que se desplaza en silla de ruedas, ha decidido presentar una queja ante el Ayuntamiento de Bilbao al considerar que la organización del espectáculo «no ha pensado en las personas discapacitadas». Guerrero no ha podido disfrutar de ‘Reflections’ por la falta de un espacio habilitado para los asistentes de movilidad reducida. «Hasta la Policía Municipal me ha pedido disculpas», declaró ayer a este periódico.
La noche más conflictiva fue la del jueves, arranque de un puente festivo que ha llenado Bilbao, en la que se destaparon problemas de planificación para gestionar la avalancha de espectadores. Las aglomeraciones se desataron en los primeros pases y muchos asistentes tuvieron dificultades para volver a casa en transporte público, ya que no se había previsto ninguna ampliación extraordinaria de los servicios del metro y del Bizkaibus. El metropolitano concluyó su actividad esa noche a las 23.00 horas.
‘Reflections’ se ha convertido en un banco de pruebas para los retos que afronta Bilbao al aire libre. Con la experiencia del festival BBK Live -112.114 asistentes de pago en el monte Cobetas en su última edición-, la ciudad aspira a dar la campanada en los premios de la MTV de 2018 si prospera la idea de meter a 100.000 personas en un concierto gratuito en la Gran Vía.
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