![«Quisieron matarme por un cigarro»](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2024/11/17/cigarro17-kp1B-U23026707315lqH-1200x840@El%20Correo.jpg)
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Georgios T., de origen griego, lleva más de una década en Bilbao. En 2012 sufrió una caída accidental desde el puente de Cantalojas a las vías del tren porque «estaba borracho», cuenta sin tapujos, y «me partí la columna». Desde entonces, le han operado en ... dos ocasiones y sufre problemas de movilidad. Lleva bastones para andar. «Me han pegado varias veces. Yo creo que es porque me ven débil».
El martes 5 de noviembre por la noche, sobre las 22.00 horas, salió a fumar. Vive en una residencia municipal en el barrio bilbaíno de Uribarri. En la calle «había tres jóvenes y uno de ellos se acercó a mí y me pidió 15 céntimos. De primeras, no se los di. Pero luego pensé que había sido educado. Entonces, le llamé y le entregué 20 céntimos». Mientras hacía tiempo para la «recena, a las 23.00 horas», se sentó en un banco a ver el móvil. Otro de los chicos le reclamó un cigarro, pero le contestó que «no tenía».
El primer chico al que le dio el dinero se había marchado, otro se fue a la esquina en actitud vigilante, y el que quería tabaco se colocó detrás de él. «Y comenzó a apuñalarme en la cabeza con rabia. Porque yo llevaba capucha, que si no acaba conmigo», cree. «Por un cigarro me quisieron matar». El gorro terminó agujereado y él, con una gran hemorragia.
Un vecino que bajaba la basura vio «cómo me clavaba la navaja» y llamó la atención al agresor, que se marchó corriendo. Antes, le intentó quitar el móvil, que llevaba colgando del cuello, pero no pudo. «Se me quedó enganchado debajo de la barbilla y por mucho que tiraba no consiguió sacármelo de la cabeza». Aquel hombre auxilió a Georgios y llamó a la Ertzaintza.
Para taponar las heridas, «me puse un pañuelo en la cabeza, que se empapó en cuestión de segundos. Sangraba mucho». En la unidad de Urgencias del hospital de Basurto le colocaron 18 grapas en la cabeza, donde aún se le aprecian las cuatro puñaladas que le asestaron. «Me reventaron. Los cortes eran profundos».
Al de dos días, el 7 de noviembre, cuando logró levantarse de la cama pese al dolor, acudió a la comisaría de Zabalburu a interponer una denuncia por escrito ante la Ertzaintza. Ahora está «asustado». Tiene «miedo» de que vuelvan a aparecer. «La juventud tiene mucho odio dentro. No sé en qué mundo están creciendo».
Georgios salió de su Grecia natal para apartarse de la cocaína, la heroína... «Era politoxicómano, pero llevo ya 15 años que no consumo». El inmigrante ha tenido una vida muy intensa. Estuvo enrolado «en la Legión francesa» y fue «mercenario en barcos en Somalia y Nigeria para evitar los ataques de piratas». Cuando llegó a Euskadi estuvo trabajando en la carga y descarga de pescado en Ondarroa, pero la caída desde el puente en San Francisco truncó su vida y ahora lucha por sobrevivir.
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