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Saúl y su socio reabrieron las puertas del pub Gabaz el pasado 14 de agosto, coincidiendo con el inicio de las fiestas de Gernika. El local llevaba vacío tres años y estos amigos vieron la oportunidad de alquilarlo y montar aquí su propio negocio. Abrían ... sólo los fines de semana. Pero las cosas les iban «muy bien» y estaban «muy contentos». «Teníamos la sala llena todos los días y con buen ambiente», explica Saúl en una conversación con EL CORREO.
El buen ambiente que había predominado en el Gabaz se truncó durante la madrugada del sábado al domingo. Todo empezó en torno a las 3 y media. «Se produjo una discusión entre clientes y uno de ellos le estampó un vaso de cristal a otra persona en la cabeza», recuerda el hostelero. El individuo que cometió la agresión más grave estaba con otros amigos. A todos les conocían de vista del pueblo, aunque sólo con uno de ellos habían intercambiado un par de palabras.
Saúl y sus compañeros echaron a este sujeto del local «a la fuerza». El ambiente seguía calentándose y optaron por llamar a la Ertzaintza, que les identificó allí mismo.
Se produjo entonces un momento de cierta calma. Sin embargo, volvieron poco después de que se marchase la patrulla. El local estaba ya cerrado. En ese momento estaban sólo tres trabajadores dentro. «Empezaron a aporrear las puertas. Estuvieron haciéndolo como una hora. No sabíamos cuántas personas había fuera y no podíamos salir», recuerda.
Fue entonces cuando supuestamente se dirigieron a una gasolinera situada en la entrada de la localidad y compraron un bidón de gasolina. Sobre las siete de la mañana uno de los trabajadores escuchó unos ruidos extraños en la puerta principal y se acercó comprobar. Se encontró con que las llamas estaban ya en el interior del local, llegaban ya hasta el techo y lo estaban devorando todo. Esta persona fue la que se llevó la peor parte porque fue la que más humo inhaló y tuvo que ser hospitalizada.
Sus otros dos compañeros se encontraban en la parte trasera del pub. Cuando el trabajador les avisó corrieron todos hacia la otra puerta. «Teníamos miedo de que estuviesen fuera esperándonos para atacarnos», reconoce. Pero era preferible eso que morir abrasados o intoxicados por el humo.
Saúl y su amigo trataron de abrir la puerta. No podían. Los individuos que habían estado aporreando desde el exterior «habían conseguido romper» el mecanismo de apertura con una palanca. Saúl no sabe precisar cuánto tiempo estuvieron dando golpes para conseguir que se abriese la puerta. Puede que fuera un minuto. Puede que fueran dos. Pero lo que sabe es que todo el local se estaba llenando de humo y ese tiempo se le hizo eterno. «Sabían que estábamos dentro. Querían quemarnos vivos», subraya el hostelero.
Cuando salieron sólo pudieron ver un coche que se marchaba de allí a toda velocidad. No saben cuántos pasajeros había en su interior.
Nada más salir fueron a buscar unos extintores para sofocar las llamas y llamaron a la Ertzaintza, que ha abierto una investigación. Fuentes oficiales de la Policía vasca confirmaron que ayer detuvieron a los dos supuestos responsables del incendio intencionado. Todavía no está claro qué cargos se les van a imputar. Pero el abogado de las víctimas, Álvaro Ibarra, ya les acusa de un homicidio en grado de tentativa, lesiones y daños.
Saúl explica que el ataque también les va a suponer un importante costo económico. Al margen de las reparaciones, deberán estar cerrados en torno a un mes. También los vecinos se vieron afectados. Según informa Iratxe Astui, los residentes de los edificios 1 y 3 de la calle Carmelo Etxegarai sufrieron «un susto terrible». «Si el fuego llega a la lona que cubre el andamio se hubiese propagado rápidamente y nos quedamos hasta sin tejado. Hubiera sido una tragedia», asegura una vecina.
«Mi marido se despertó al oír que daban golpes en la puerta del pub. El humo nos entraba dentro de casa hasta el punto de que no podíamos respirar». El incendió afectó también al cableado «y nos han dejado sin conexión a la televisión», lamentó otra vecina.
El incendio ocurrido en el pub Gabaz de Gernika dejó a los vecinos de los edificios 1 y 3 de la calle Carmelo Etxegarai, en el que se ubica el local, «con un susto terrible». Según relataron varios residentes de los inmuebles más próximos al establecimiento, las llamas podrían haber causado aún mayores daños si hubieran alcanzado la lona instalada en la fachada de uno de los portales, en el que conviven ocho familias. «Si hubiera tocado la tela que cubre el andamio se hubiese propagado rápidamente y nos quedamos hasta sin tejado», aseguro una vecina que prefirió mantener su anonimato. La misma mujer relató los momentos «de angustia» que vivieron mientras ocurrieron los hechos, en torno a las siete de la madrugada del domingo. «Mi marido se despertó al oír que daban golpes en la puerta del pub. El humo nos entraba dentro de casa hasta el punto de que no podíamos respirar». El incendió afectó también al cableado «y nos dejaron sin televisión», lamentó otro residente del edificio.
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