«Queremos que los turistas vayan a los barrios y no se queden sólo en el centro»

- Lo que antes era noticia ya no lo es porque cada poco hay rebajas. Compramos muchos productos que no son de primera necesidad simplemente porque están de oferta. Lo que tenemos que hacer es un seguimiento de esos productos y analizar si realmente están de oferta o nos están tomando el pelo, porque a lo mejor lo que compramos en el Cyber Monday valía exactamente lo mismo la semana anterior.

- ¿Consumimos demasiado?

- Totalmente. Tanto a nivel de tecnología como de ropa e incluso alimentación. Creo que no nos organizamos en el día a día para saber lo que queremos o necesitamos. Yo lo vivo ahora que tengo un hijo pequeño. Llega un cumpleaños y todo el mundo trae mil regalos. ¿Y no será mejor simplemente venir, estar con el crío, dar un paseo con él...? Compramos porque tenemos la cultura de comprar y gastar sin analizar el por qué y el para qué.

- Acaban de pasar unas fechas de muchas compras...

- Sabemos que el consumo es muy amplio, por eso establecemos una serie de recomendaciones que sirven para el resto del año. Por ejemplo, no hace falta comprar por comprar. Quizás sea mejor tener el detalle de pasar una tarde con tu primo, tu nieta o tu sobrino y hacer una actividad más lúdica que comprar el típico regalo. Podemos regalar tiempo. No nos centremos en que es obligatorio comprar un regalo físico.

- Como un teléfono móvil...

- Hay que saber manejarlo. Hay que conocer unas pautas: no agregar a cualquiera a tus redes sociales, no enviar fotos que no correspondan, no entrar en determinados chats... Como institución, nuestro gran caballo de batalla es la prevención y la promoción y trabajamos mucho con los colegios.

- Ya que lo menciona, me gustaría conocer su opinión sobre el debate en torno a la prohibición del móvil en los centros escolares.

- Soy partidario de que no estén en un recinto escolar. En los centros educativos, aparte de aprender, se socializa. Y el móvil, si no sabes usarlo, hace todo lo contrario: te aísla socialmente. Me parece muy triste llegar a un patio y ver que donde antes todo eran balones, cuerdas, juegos de pilla-pilla... ahora veas a los niños en una esquina mirando el móvil, aunque estén interactuando entre ellos.

- Las fiestas patronales como Santo Tomás u otras como Nochevieja se convierten en macrobotellones. ¿Le preocupa?

- Hemos perdido las tradiciones. Creo que deberíamos tratar de recuperarlas y también hacer un consumo más responsable. Tenemos un problema con el alcohol. Está muy socializado. No lo digo yo, nos lo trasladan las propias asociaciones de alcohólicos con las que trabajamos. Se ha normalizado tanto la ingesta que no somos conscientes de que tenemos un problema.

- En los días festivos es muy habitual ver persianas bajadas en los comercios del centro mientras la actividad se concentra en el Casco Viejo. ¿A quién beneficia ese desequilibrio?

- A nadie. Creo que es importante que tengamos la oportunidad de ir a los barrios a consumir, me da igual que sea ropa, productos de limpieza u ocio y tiempo libre. No podemos concentrarlo todo en el centro porque, si no, nos perdemos la esencia de Bilbao, que son los barrios. Al centro ya viene el turista y los que somos de barrio también bajamos a Bilbao. Hay que seguir potenciando y promocionando los establecimientos de la periferia para que tengan también un flujo de personas, que es lo que queremos conseguir.

- ¿Cómo se hace eso?

- Tenemos una red de transporte público que habilita llegar a todos los barrios: Bilbobus, Metro, la Línea 3, taxis, un servicio municipal de bicis... Lo que necesitamos es generar una oferta promocional en cada barrio de diferentes actividades para hacer que la gente vaya.

- Su área gestiona la Oficina Municipal de Información al Consumidor. ¿Qué tipo de consultas les llegan?

- Sobre todo, quejas o denuncias relacionadas con telefonía móvil, el tema de energía, contratos de luz y de gas... Y ahora que en Internet podemos encontrar de todo, han aumentado las estafas. Cada vez detectamos más.

- ¿Por ejemplo?

- Pues gente que quiere comprar una entrada y paga, por decir algo, veinte euros. Y luego se da cuenta de que en realidad valía diez. Pero claro, no lo ha comprado en la página oficial. Es importante invertir un poco más de tiempo y comprobar realmente que lo que estamos comprando es lo que queremos. La compra por Internet nos permite tener un tique, un recibo. Eso es importantísimo, la garantía para poder reclamar.

- ¿Les llegan muchos casos de gente que quiere reclamar y no tiene el tique?

- Claro. Damos por hecho que no nos van a engañar pero a la hora de la verdad puede ocurrir porque todos estamos expuestos.

- ¿El año pasado les llegaron más o menos consultas que en 2022?

- La cifra se mantuvo estable. Lo que pasa es que cada vez que sale algo nuevo, alguna estafa nueva, tenemos más consultas y desde la oficina ofrecemos ese asesoramiento. Pero creo que el consumidor de Bilbao cada vez conoce más sus obligaciones y que se informa más. Eso es importante.