«Nos hemos quedado sin casa y no sabemos dónde vamos a dormir»

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Alba Peláez

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Los pisos, de estructura de madera, se alzan en la carretera y se asoman a un barranco como testigos de otro tiempo. Cuentan con cerca de un siglo de antigüedad y a sus pies también languidecen las ruinas de un taller de Citroën. Al parecer, en la manzana había prevista una operación urbanística que no había llegado a buen puerto. La familia de Sandra Patricia Londoño llevaba 23 años residiendo en el inmueble anexo al del incendio - en un primero derecha del bloque 7- y está mañana seguían con lo puesto tras haber pasado la noche en el hotel Ibis. Esperaban junto a la verja que impedía el paso a los transeúntes y automovilistas que les dejarán pasar a por medicinas y una muda limpia. En la vivienda residían ella, su marido y sus dos hijos de 27 y 19 años. Ni el telefono móvil pudieron coger cuando se desató la tragedia. Fueron momentos de mucha tensión.

En ese momento, el matrimonio estaba en el domicilio con su hijo mayor, y la pequeña, Laura, estaba en Bilbao con una amiga. «En ese instante solo piensas en salir cuanto antes y salvarte el pellejo», apuntaba el marido, José Alberto Luis. Hubo complicaciones. «A los bomberos no les salía el agua y salimos con lo puesto. Nos gustaría haber salido con más cosas. Es que no tenemos ni paraguas», ha relatado el marido. «Nos hemos quedado sin casa y no sabemos dónde dormiremos hoy», lamentaban a primera hora tras haber pasado la noche en un hotel Ibis. «Yo creo que ya no volvemos allí. Vamos a ver lo que nos dicen. De momento no tenemos donde dormir», aseguraba el matrimonio. «Es imposible entrar, es peligroso. Estoy dando gracias de que fue ayer, y no antes de ayer, porque con el viento que hacía, no nos hubiéramos librado nadie», decía el padre, pendiente de poder acceder al domicilio a por medicamentos. «Yo con asma, mi madre epilepsia, mi padre diabetes... Así que llevamos un buen rato esperando a que nos dejen pasar», apuntaba la joven Laura.

La mujer ha explicado que hace un mes también se originó un pequeño incendio en el bloque en el que ellos residen. El alcalde de la localidad, Asier Iragorri y la Policía han visitado esta mañana la zona donde varios operarios se encuentran trabajando. Todo apunta a que los residentes no podrán volver a sus domicilios.

Los vecinos del barrio lamentaban este sábado que los edificios llevaban años «condenados». Sospechaban que era «cuestión de tiempo» que ocurriera un incendio o un desplome. «Eso está inhabitable. No se cómo permitían que la gente siguiera viviendo allí y no han tirado las casas como en otros puntos de Basauri», ha relatado un vecino que alertó que el olor a humo se expandió por los municipios vecinos y que podía percibirse incluso en Etxebarri.

Las viviendas ubicadas en los números 1, 3, 5 y 7 de la calle Kareaga Goikoa son desde hace años un quebradero de cabeza para los dirigentes políticos de Basauri, por el estado de los inmuebles y la inseguridad que genera para viandantes e inquilinos. Tras varios intentos para reurbanizar la zona, el pasado mayo el pleno municipal aprobó por unanimidad una modificación del Plan General de Ordenación Urbana para posibilitar la venta de los terrenos donde se ubican los inmuebles, urbanizar el entorno y en la misma operación construir 94 viviendas en otro lugar de Basauri –la zona de Bizkotxalde–.