«Queda trabajo por hacer, pero la semana que viene abriremos las piscinas»

La monotonía que han vivido las piscinas exteriores desde septiembre del año pasado -el último momento en el que han tenido agua- vivió ayer un punto de inflexión. Los operarios de mantenimiento y los socorristas se reincorporaron a sus puestos tras 72 días de huelga. Y el goteo de curiosos que se acercó a ellos para conocer cuándo va a estar permitido el baño fue constante.

«La respuesta es que queda trabajo por hacer, así que la semana que viene», explica Eneko Martín, socorrista en el polideportivo de Rekalde desde hace más de 15 años. Llenar una piscina no es fácil, no basta con abrir un grifo y esperar que salga el líquido. «Hay que ser cuidadosos, porque si el agua es de mala calidad puede generarse un problema de salud pública importante».

El primer paso para completar el llenado, por lo tanto, es asegurarse de que todas las piezas del vaso de la piscina están pegadas y que no hay escapes. De ello se encargó una inspección técnica el pasado junio. Una vez recibe el aprobado, empiezan a trabajar los operarios de mantenimiento.

La limpieza del vaso figura entonces como el paso previo para llenarla de agua. Lo normal es que solo se utilicen los chorros de las paredes de la piscina, que están conectado a la red de tuberías del polideportivo. Sin embargo, son muchos los días que llevan los bilbaínos sin un sitio donde bañarse y el tiempo apremia. Es por ello que ayer en el polideportivo de El Fango se utilizó una manguera de 10 metros conectada a una arqueta, que tomaba el líquido desde la red de fuera del polideportivo. «Tardará cerca de día y medio en llenarse», explica Martín.

Sigamos con el proceso, porque que la piscina esté llena no implica que el baño esté permitido. «Debe tratarse y ver cómo evoluciona». Hay un sinfín de productos químicos y antialgas que es necesario echar. Sumémosle uno o dos días entonces. Después, un técnico de Sanidad debe dar el visto bueno. Es en ese momento cuando se pone a funcionar la depuradora, que se encarga de filtrar y renovar el fluido. Ahora bien, la maquinaria lleva más de un año parada y podría costar arrancarla.

La cuestión es que durante los dos últimos meses y medio no ha existido mantenimiento alguno en las piscinas, lo que supuso que ayer los trabajadores tuvieran que redoblar esfuerzos. La lista de tareas en Rekalde es importante. Hay máquinas del gimnasio averiadas sin arreglar, el agua caliente no funciona y la ventilación tampoco. Este último motivo, de hecho, provocó que el miércoles un abonado sufriera un golpe de calor mientras se ejercitaba.