El puticlub que iba a ser un hogar y acabó en 'casa okupa' en Arbuio
'Las Vegas' ·
Una familia pagó la señal para rehabilitar el club de alterne de Alonsotegi y poco después se instalaron unos individuos a los que atribuyen robos con violenciaSecciones
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'Las Vegas' ·
Una familia pagó la señal para rehabilitar el club de alterne de Alonsotegi y poco después se instalaron unos individuos a los que atribuyen robos con violenciaBeatriz y su marido vieron en un viejo puticlub del barrio de Arbuio, en Alonsotegi, la oportunidad de mejorar su calidad de vida. Se llamaba 'Las Vegas' y era uno de esos clubes de alterne que se anunciaban con grandes luces de neón en la ... fachada. Dicen los vecinos que estuvo unos 50 años en funcionamiento en la antigua carretera general que une Bilbao y Balmaseda.
Pero empezó a languidecer, sobre todo cuando abrieron el corredor del Cadagua, y acabó siendo embargado por el banco. En 2021, cuando la Ertzaintza acudió a vaciar el edificio por orden judicial, sólo quedaba allí una persona. Era una mujer que no se quería marchar porque insistía en que tenía un contrato de alquiler.
'Las Vegas' salió a la venta. A Beatriz le pareció una buena oportunidad. La casa era grande, con espacio suficiente para instalarse con sus hijos y cuidar de sus padres, ya mayores. Tampoco necesitaba «una gran reforma». La primera planta estaba acondicionada como un bar, pero el piso superior era como cualquier otra vivienda, con sus habitaciones, baño y cocina.
50 años
estuvo abierto aproximadamente el club de alterne 'Las Vegas' en el barrio de Arbuio en la antigua carretera general de Alonsotegi, que une Bilbao y Balmaseda.
Comprar aquella casa tenía otras ventajas. Disponía de terreno y les permitía salir de la ciudad. Además, su marido trabaja como transportista y aquel edificio, situado a pocos metros del enlace con la autovía, le iba a permitir aparcar el camión con facilidad y ganar mucho tiempo en desplazamientos. El matrimonio se decidió a dar el paso y pagó la señal (1.500 euros) en junio de 2022. Décadas después, 'Las Vegas' iba a dejar de ser un club de alterne para transformarse en un hogar familiar, en el proyecto de vida de esta familia vizcaína junto al río Cadagua.
Sin embargo, antes de formalizar la compra surgió un problema. Los metros reales del terreno no coincidían con las dimensiones que aparecían en las escrituras. También hubo una discrepancia con el banco, que no quería hacerse cargo de los gastos que conllevaba subsanar lo ocurrido. Decidieron contratar a un topógrafo para aclararlo todo y seguir adelante con la adquisición.
Pero fue entonces cuando apareció otro problema: varias personas se habían instalado en el piso superior. Al principio, se trataba de un grupo de individuos que iba fluctuando. A veces estaban media docena de okupas y otros días, bastantes más. La mayoría son muy jóvenes. Según las fuentes policiales consultadas por este diario, varios de ellos son sospechosos de robos con violencia cometidos en localidades de la Margen Izquierda. También se les relaciona con robos con fuerza cometidos en comercios y coches de Bilbao.
Su presencia no ha pasado inadvertida para los vecinos. Justo enfrente de 'Las Vegas' hay un «centro de cría responsable» de perros (Amare de Domi Canes). Su responsable explica que ellos no han tenido problemas con los okupas. Pero otros vecinos aseguran que desde que están ahí han aumentado los robos en viviendas y empresas de la zona. «No sabemos si han sido ellos, pero la gente está nerviosa», explica un hombre que vive en una casa unifamilar guardada por dos enormes perros de presa. Normalmente -dicen los vecinos- cogen el autobús que pasa por esa carretera y no vuelven hasta la noche.
La preocupación en la zona aumentó de nivel hace unas pocas semanas. El edificio con los okupas estaba en llamas. Se movilizaron bomberos y Ertzaintza. El fuego era tan fuerte que se tuvo que cortar la carretera. Nadie salió herido, pero el interior del piso superior quedó totalmente destruido y parte del tejado se desplomó. La Policía sospecha que se trató de un incendio intencionado, fruto de un enfrentamiento entre los propios okupas. La parte superior del edificio se volvió inhabitable. Poco después se instalaron puertas 'anti okupa' en dos accesos y se puso una cinta para precintar el inmuebleedificio. Pero varias personas se instalaron en el sótano. Desde entonces viven allí, en condiciones insalubres.
Una vecina avisó a Beatriz del incendio. Entró y le impresionó la magnitud de los daños. A pesar de todo, siguen convencidos de convertir esa casa en su hogar. En principio, el edificio estaba asegurado y ellos no tendrían que correr con ningún gasto de la reparación. Después está el asunto del catastro. Hasta que no se solucione el problema con los planos no pueden formalizar la hipoteca. Y, por último, los okupas. «Nadie quiere comprar una casa que está ocupada por otras personas».
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