«Puede ayudar a paliar el problema de la España vaciada»

- ¿Seguro que hay un antes y un después del Covid-19?

- Las necesidades de la vivienda se adaptan a cada época. En 2003 nadie invertía en alarmas en los chalets pero hoy, con los robos y los okupas, se ponen en todos lados.

- ¿Y qué necesidades deja la pandemia?

- La elección de vivienda se plantea a medio y largo plazo, y la gente piensa que en el futuro pueden volver a darse crisis sanitarias similares. O que tendremos que convivir mucho tiempo con el virus por lo que, en una casa con terraza o jardín, la calidad de vida será mejor, más ante eventuales confinamientos. Y, si a eso le sumas el boom del teletrabajo...

- ¿Y no puede quedarse todo en flor de un día? Si se recupera pronto la normalidad...

- El perfil del comprador ya refleja esas preferencias, y lo que es más clarificador, las constructoras ya las han incorporado a sus promociones. Grandes balcones y terrazas, espacios comunes al aire libre en los propios edificios. Es una apuesta clara en las ciudades porque ven que la gente empieza a cambiar la comodidad de la urbe por la calidad de vida en zonas menos pobladas.

- ¿Estamos ante un fenómeno de vuelta al pueblo?

- No lo sé, pero lo que tengo claro es que es una gran oportunidad para las zonas rurales. Para paliar el problema de la España vaciada. El teletrabajo está cambiando filosofías de vida. Vivir en entornos más amables, en contacto con la naturaleza. Eso sí, para que esto arraigue son fundamentales dos aspectos: buenas infraestructuras de transporte y buenas telecomunicaciones que garanticen el mejor servicio.