El futuro de la humanidad está en las ciudades. En los entornos urbanos. Es el modelo de convivencia más eficiente porque cuanta más gente haya ... en un sitio más fácil es darle servicios, saneamiento, educación, hay menos desplazamientos... Pero las grandes aglomeraciones también tienen sus riesgos. Y cada caso es diferente. Además, entran en juego componentes urbanísticos, sociales, económicos, demográficos... La cátedra Deusto Cities Lab, de la Universidad jesuíta, trata de analizar todo ello y buscar respuestas a distintos problemas, que van desde cómo regenerar áreas degradadas hasta cómo diseñar un contenedor de basura eficiente y accesible. Pone en contacto a expertos de diferentes ámbitos. En medio está su director, Roberto San Salvador del Valle (Bilbao, 1964), que se mueve entre la búsqueda de soluciones técnicas y la certeza de que sin un cambio de valores hay poco que hacer para conservar tal y como los conocemos a nuestra sociedad en general y a Bilbao en particular.
- El invierno demográfico está aquí. ¿Nos lo estamos tomando lo suficientemente en serio?
- El pueblo vasco se puede extinguir por decisión propia. No nos reproducimos. Y no lo hacemos no sólo por el egoísmo propio de las sociedades avanzadas, sino porque las condiciones no favorecen. Tenemos que tratar mejor a nuestros jóvenes para que se puedan quedar aquí, para que puedan dejar la casa de los padres antes de los 30 años. Debería haber vivienda social subsidiada en alquiler para jóvenes, es una cuestión estratégica. Los precios de los pisos de hoy en día en Bilbao no tienen sentido.
- Es lo que paga la gente.
- Porque tenemos una cultura de la especulación, utilizamos los pisos como inversión y creamos una situación irreal. También en el mercado de alquiler. Los estudiantes de fuera que vienen a Bilbao alucinan con los precios de los arrendamientos en relación con el nivel de renta que tenemos aquí.
- ¿Qué podemos hacer?
- Quizás ajustar lo que queremos a lo que necesitamos. Si vivo solo, igual no me hace falta una casa en propiedad de 80 metros. Y menos en un mundo en el que la movilidad es cada vez mayor. Igual lo que necesito es un piso en alquiler de 40 ó 50 metros. Hacer segregaciones en pisos grandes, renovar el parque inmobiliario en el centro de la ciudad... Incentivar para que se adapte a los nuevos tiempos.
- Volvamos a los jóvenes. También necesitan empleo. ¿Bilbao está haciendo lo suficiente para dárselo?
- No lo estamos haciendo mal. Buscamos implantaciones de empresas de servicios avanzados para la industria, con valor añadido, con un componente creativo donde el ser humano es difícil de sustituir por máquinas. Pero quizás sí se podría hacer un esfuerzo en ámbitos de riesgo, como poner en valor la transformación urbana. Aquí ha habido empresas que han participado en la regeneración, por ejemplo, en tratamientos de agua, que pueden venderse por todo el mundo.
- Pues los sueldos siguen siendo bajos, hay precariedad...
- Eso pone en riesgo la cohesión social, que ha sido uno de los valores más importantes para impulsar la transformación de Bilbao. Hace falta gente que se gane bien la vida, que pague impuestos... Ahora tenemos un riesgo no sólo por las decisiones empresariales, sino por una tendencia mundial que genera precariedades. Por ejemplo, el pequeño comercio tiene una tensión importante porque el enemigo a batir no es la gran superficie, sino la compra online, que ofrece condiciones difíciles de igualar.
- ¿Cómo luchar contra ello?
- Con fidelidad. Igual los pequeños comercios tienen que unirse para hacer compras, sí. Pero los clientes quizás tienen que elegir gastar un poco más para mantener el tejido comercial local, porque si a ellos les va bien, a mí me irá bien.
- ¿No es eso un poco ingenuo?
- Totalmente, pero realista. Lo mismo que preguntarle a un empresario si ofrecería ciertos sueldos a sus hijas; o plantearle a quien vende un piso por una cantidad disparatada si él la pagaría. Hace falta un pacto social que mantenga nuestro Estado de Bienestar, trabajar los valores, impulsar un modelo diferente. Seré ingenuo, pero esa es la única manera de romper la dinámica actual. Por desgracia, igual Bilbao es demasiado pequeño para hacer una apuesta contracorriente de este tipo.
- Pese a todo ello, cuando se le pregunta a los vecinos de Bilbao qué les preocupa más, no dicen nada de eso, sino que mencionan la inseguridad. ¿Qué opina?
- Es un termómetro de la cohesión social. ¿Qué hacemos con las personas que lo han pasado peor en la crisis? ¿Qué hacemos con el colectivo joven inmigrante que ha estado en acogida y que queda fuera del sistema cuando alcanza la mayoría de edad? Aquí hay un montón de potencial. Son chavales que han cruzado desiertos, luego el Mediterráneo... Gente con una genética excepcional, una capacidad de adaptación enorme. Son supervivientes. Tienen destrezas que hay que poner en valor económica y socialmente porque nos hacen falta; forman parte de ese proceso de rejuvenecimiento del que hablábamos antes. La inseguridad vinculada con todo esto se debe resolver mediante polícitas sociales y de empleo.
- Luego están las bandas organizadas que llegan porque ahora Bilbao es conocido y atractivo.
- Hasta hace pocos años sufríamos un tipo de violencia (el terrorismo de ETA) y teníamos mucha policía en este país, lo que desincentivaba la llegada de grupos de delincuentes. Ahora ya no. Y llegan.
Conocer al vecino
- Un efecto colateral de los grandes eventos... ¿Considera que son importantes para la ciudad?
- Son muy necesarios. Nos dan una visibilidad que tienen pocas ciudades de 350.000 habitantes y eso tiene mucho valor porque así nos tiene en cuenta mucha gente cuando diseña sus vacaciones, cuando decide dónde ir a estudiar, dónde invertir... Ahora bien, no todos los eventos están bien articulados con la ciudad que queremos construir. No todo vale.
- Déme dos ejemplos.
- Como ejemplo malo, las World Series (el circuito urbano de aumovilismo de 2005), que no tenía nada que ver con el relato de Bilbao como ciudad de transporte público, sostenible, peatonal... Un circuito como aquel vale para Mónaco, pero no para nosotros. Como ejemplo bueno, las finales de rugby: te diriges a unos países con los que te quieres relacionar (Reino Unido y Francia), en un deporte con valores, familiar. Vinieron miles de aficionados británicos y no hubo ni un incidente. ¿Qué hubiese pasado en una situación similar, pero con aficiones de fútbol?
- Queremos atraer a turistas y a jóvenes pero, ¿no cree que nos hemos vuelto algo aburridos?
- Cuando una ciudad llega a cierto nivel de bienestar, de calidad de vida, hay un riesgo de que se vuelva aburrida, de que cualquier desorden nos moleste: las terrazas, la gente que habla alto a la salida de un bar, la megafonía de una carrera popular, los niños en un parque. Pero no se puede prohibir todo porque se llegaría al extremo de lo que ocurre en otras ciudades europeas, con calles vacías. Aquí no somos así. Siempre hemos tenido vida social en la calle, se han creado grupos, asociaciones, hemos conocido a nuestros vecinos... La socialización siempre ha sido vital.
- ¿Es algo que estamos perdiendo?
- Sí, estamos perdiendo vida social, y la vida social es lo que nos ha hecho superar las crisis económicas. Es muy importante que la gente se conozca en los barrios, en la escalera, porque así nos ayudamos. Antes nadie se moría solo en casa sin que nadie lo echase en falta. Es eso lo que hay que recuperar.
«Hay que desarrollar la ría poco a poco para no acabar generando un problema»
- ¿Está desaprovechada la ría? ¿Es más una frontera que un punto de unión en Bilbao?
- Cuando en 1983 el Athletic sacó la gabarra, para llegar hasta la ría tuvimos que saltar muros, cruzar vías, y ponernos por allí de cualquier manera. Entonces, con la industria en mínimos, sí estaba desaprovechada. Ahora se ha convertido en la 'gran vía' metropolitana. Es cierto que puede estar mejor cosida entre La Peña y el Casco Viejo, en la zona de La Naja...
- Me refiero a la lámina de agua.
- Es verdad que tiene mucho potencial: para transporte, con taxis o autobuses fluviales; para ocio, actividades deportivas, recreativas... Pero primero hay que conocer cómo está el cauce para saber qué puede haber en qué sitio. Esto se está estudiando. Y luego tiene que haber límites. No querría una ría cubierta de kayaks, por ejemplo. Además, hay que ir poco a poco. Ver qué funciona y qué no. A mí me gusta mucho el pantalán con uso hostelero de Olabeaga, pero no me gustaría que toda la ría estuviese así. Si va bien, se puede dar otro permiso. O dos más. Pero no veinte a la vez, porque nos podemos crear un problema.
- Un aspecto vital para una ciudad es la movilidad. ¿Hay que declararle la guerra al coche?
- Lo ideal en una ciudad como Bilbao es un transporte público, colectivo y eficaz. Pero también hay que tener en cuenta que acabar con los coches sería un cataclismo económico, porque buena parte de la industria vasca se dedica a la automoción. Por eso son tan importantes fórmulas intermedias como el coche eléctrico compartido.
- Podríamos caminar más.
- Sí, Bilbao es ideal para desplazarse a pie. O no desplazarse. ¿Por qué voy a tener que venirme a la Universidad para hacer un trabajo creativo? ¿Por qué no hacerlo desde casa? Con el teletrabajo nos ahorramos desplazamientos, aprovechamos mejor el tiempo...
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