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A propósito del escudo
Bilbaínos con diptongo ·
jon uriarte
Lunes, 16 de agosto 2021, 01:12
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Bilbaínos con diptongo ·
jon uriarte
Lunes, 16 de agosto 2021, 01:12
Que la Junta General, válidamente celebrada el día treinta de mayo de dos mil dieciocho, en el Salón de Sesiones de la casa de Juntas ... de Gernika, acordó aprobar el escudo del municipio de Bilbao». Así arranca el documento. Confieso que he firmado papeles más rimbombantes. Incluso en restaurantes de esos que guardan nombre y rúbrica de clientes famosos y famosetes. Pero describe muy bien lo que pasó. Empezando por su presencia en los libros que nos mostró Gonzalo Olabarria cuando buscábamos datos sobre la bandera de Bilbao.
Recordarán que el responsable de Cultura del Ayuntamiento de Bilbao ofreció detalles singulares sobre la enseña, como su tardía oficialidad. Pues a la misma hora, minuto arriba o abajo, adquiría el mismo rango nuestro escudo. Otro día hablaremos de quién se preocupó del asunto y quién no. Resultará revelador. Y será un acto de justicia. Pero en este rincón intentamos rozar la política lo justo. Así que nos quedamos en la parte técnica. Empezando por lo que nadie discute. Sus elementos. «De plata, sobre ondas azur (azul) y plata, moviente del flanco siniestro, un puente de dos ojos, de su color, sumado en su diestra de una Iglesia de lo mismo, cubierta de gules (rojo), y sur montado el puente de dos lobos pasantes, de sable (negro), puesto en palo».
Es innegable que el lenguaje heráldico tiene su pompa y circunstancia, pero en este caso se nos antoja escaso. No habla de tamaños de los componentes ni de las tonalidades o grados de color. Si en algún lugar sabemos que el azul puede ser especial y oriundo es en Bilbao. O que el rojo puede tirar a Londres o a Borgoña. Pero en esto, como en otras cosas, somos de poco adorno. Ya lo dice el viejo axioma vasco: «Todo lo que tiene nombre existe». Y punto. Otra cosa es desde cuándo.
Hay quien apunta al XVI y quien lo fecha dos siglos antes. En 1356, incluido en un escrito cruzado entre María Díaz de Haro II, su esposo don Tello y el Rey Pedro el Cruel. En un sello de cera verde. Dentro de otro amarillo, con hilo de seda adjunto y colgando, aparece un puente, un lobo y un castillo. Que tenga diferentes elementos puede que responda a que evolucionó con los años. Y eso incluiría la aportación de un lobo más al escudo, dado que el fiero animal era un emblema derivado de la heráldica de la Casa de Haro. Y que la Iglesia de San Antón fue levantada en el siglo XV, por lo que no podía estar en el documento de Doña María en el XIV.
Lo que sí había era torre y puente. Lo que casa más con el diseño de aquel escudo. Un símbolo que, como contamos en su día, llegó hasta tierras lejanas. Como la localidad de Constitución, en Chile, que se llamó en su día, allá por el XVIII, Nueva Bilbao. El nombre se perdió, pero el escudo permanece incluido en el de la ciudad chilena. Y puestos a recorrer sus variaciones y aplicaciones, no debemos olvidar su presencia en la zamarra del Athletic Club. Lo que nos lleva a un error común por parte de los neófitos del asunto sobre los elementos del escudo de la villa.
Porque en el del equipo de San Mamés, sobre el puente de San Antón, aparece el viejo roble de Gernika, sobre cuyo tronco podemos ver a los dos lobos. Es la forma de recordar que el Club, con mayúsculas, no es patrimonio exclusivo de la capital, sino de toda Bizkaia.
Aunque también en esto hay debate. Porque es en 1913 cuando aparece por vez primera en la camiseta, que no en el resto de elementos, como bandera o documentos, y empieza a ser habitual en 1917. Pero, como en todo, hay opiniones. Lo que nadie puede negar es que, pese a, como vemos, haber sido utilizado con frecuencia y en diferentes ámbitos, tardó en ser oficial. Quizá porque en el Botxo tendemos a creer que lo que es de Bilbao de toda la vida no necesita sello ni firma. Y a veces, ni presentación.
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