Los primeros mejillones cultivados en la costa de Bizkaia llegan al consumidor

La producción corre a cargo de la empresa Matxitxako Moluskoak, firma participada por diversos socios del sector pesquero entre los que figuran las ondarresas Arrankoba e Itsaskorda, las cofradías de pescadores de Lekeitio y Ondarroa, así como la Federación de cofradías de Gipuzkoa y el centro tecnológico Azti. Este consorcio público-privado ha tomado la delantera a otras compañías como Angulas de Aguinaga y la gallega Rinamar, que también querían asentarse en la misma zona y sumarse al proyecto pionero impulsado por el Departamento de Pesca del Gobierno vasco.

La prueba industrial inicial se ha saldado con éxito. Y desde el próximo mes de julio hasta finales de diciembre se comercializarán unas cien toneladas de 'euskal mejioia', a una media de entre 15 y 20 toneladas mensuales. Aunque tanto el Ejecutivo autónomo como Azti habían testado su viabilidad técnica y económica con evaluaciones realizadas a diferentes profundidades, la verdadera prueba de fuego se ha producido este invierno.

«No se han registrado grandes temporales, pero debemos tener muy presente que es el Cantábrico y que las instalaciones se encuentran en mar abierto», señaló el gerente de Matxitxako Moluskoak, Txomin Lasarte. El polígono marino «ha superado el invierno, sin demasiados contratiempos», añadió. De hecho, ha respondido «bien» a las condiciones más adversas. «En jornadas de fuertes mareas, no se han registrado pérdidas de mejillones por desprendimiento, ni daños materiales», añadió Lasarte.

Los mejillones han crecido en una instalación de 12 'long-lines', un sistema de cuerdas para el cultivo de bivalvos en mar abierto sumergidos hasta 40 metros de profundidad que ocupan trece hectáreas. Sujeto al fondo marino mediante doce bloques de fondeo, la estructura para que durante veinte meses engorde el mejillón mediterráneo –'Mytilus galloprovincialis'– ideada por Azti es respetuosa con el medio ambiente y de relativo bajo coste.

El equipamiento habilitado frente a la costa de Mendexa –diferente al de las tradicionales bateas de las rías gallegas– es el único de sus características en el Golfo de Bizkaia, aunque está implantado en otros litorales. «Nuestra producción es en mar abierto, en una zona de clase A en la que se pueden recolectar moluscos bivalvos vivos para el consumo humano directo y, por lo tanto, no resulta necesario pasar el producto por las depuradoras como en otras explotaciones», explicó Lasarte.

Esta circunstancia refuerza su calidad, que desde Matxitxako Moluskoak intentan refrendar con la obtención de un certificado ecológico. «Estamos en trámites, pero creemos que cumplimos los estándares exigidos», subrayó.

Aunque se trata de una actividad incipiente en la comarca, la acuicultura ha comenzado a surgir como una alternativa económica y una oportunidad para generar nuevos empleos. «Los niveles de sobrexplotación pesquera, el incremento de las importaciones y el descenso en los volúmenes de capturas de las pesquerías comerciales en el Golfo de Bizkaia nos obligan a los arrantzales a buscar alternativas», señalaron desde las cofradías.

En ese contexto, «la acuicultura y, más en concreto, el cultivo de moluscos bivalvos como mejillón y ostras se plantea como una oportumuy buena», indicaron desde los ayuntamientos afectados, que recalcan las repercusiones socioeconómicas de la nueva iniciativa empresarial. «Es nuestro mar y si lo tratas como debe ser, nos genera empleo y riqueza», señalaron.