Primeras declaraciones de la víctima de Gaztelueta: «No me fío, pero agradezco la buena intención del Papa»

La familia ha sido muy crítica con el papel de las autoridades eclesiásticas desde que los hechos denunciados se produjeran entre 2009 y 2011 y desde que el caso saliera a la luz pública en 2015. De ahí que la rectificación de la Iglesia, que cerró en falso las pesquisas después de que analizara los hechos el Tribunal de la Doctrina de la Fe y que ahora las reabre, suponga para el afectado «una alegría». «No deja de ser -matiza el joven- una obligación. Es el deber de la Iglesia (promover una investigación), que ha estado tapando hasta ahora».

En este sentido, se muestra confiado en que las autoridades eclesiásticas «me reconozcan definitivamente y sin tapujos mi condición de víctima» y que ese gesto «abra la puerta a que en otros casos similares la Justicia ordinaria se muestre menos cerrada de mente y más a favor de la víctima». El 'caso Gaztelueta' se juzgó en la Audiencia de Bizkaia y se revisó después en el Supremo. En primera instancia el profesor acusado fue condenado a 11 años de cárcel que después el alto tribunal rebajó a dos.