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Terry Basterra
Sábado, 13 de abril 2019, 01:04
«En una jornada laboral de ocho a tres a tengo que atender a 50 pacientes. Una compañera ha llegado hasta los 62. Nos falta tiempo para examinarlos y lo normal es que acabemos acumulando retrasos de más de una hora. Trabajar así genera mucha ... presión y salimos perdiendo el médico y el enfermo. Hay ocasiones en las que incluso tenemos que arriesgar a la hora de dar un diagnóstico por cumplir con la agenda que nos exigen y eso nos preocupa porque sabemos que podemos equivocarnos».
Las que hablan son Ana Cid y sus compañeras, facultativas de Atención Primaria en Euskadi. Ellas resumen el sentir de los cerca de 3.000 profesionales de la Atención Primaria vasca que ayer decidieron parar para poner el foco sobre la «difícil situación» que viven los centros de salud. Sufren una «alta presión asistencial» derivada, según explican, del envejecimiento de la población y de la falta de medios humanos para atender la demanda sanitaria existente.
El problema afecta a todos los ámbitos de la Sanidad más cercana al ciudadano y no es algo que venga de ahora. Los profesionales llevan tiempo alertado de la situación. Ante lo que consideran una falta de respuesta por parte de Osakidetza, médicos, pediatras, enfermeras, matronas y auxiliares decidieron unirse para secundar la que es la primera huelga global de la Atención Primaria en Euskadi. Su incidencia fue grande, con ambulatorios de referencia cerrados y en los que solo se atendieron las urgencias. Este fue el caso de los de Basauri, Durango, Bermeo, Zurbaran o La Peña, en Bizkaia; Ondarreta y Alza, en Gipuzkoa; o Lakuabizkarra, en Álava, por mencionar algunos. El paro se tradujo en pacientes que acudían a su cita con el médico y acababan en los mostradores de atención para cambiarla de día.
El Departamento de Salud situó el seguimiento de la huelga en un 33,5%, con un especial seguimiento entre el personal facultativo (56,6%). Por la tarde la incidencia bajó al 30%. Los convocantes, la plataforma Lehen Arreta Arnasbirretzen y los sindicatos ELA, LAB, UGT, CC OO, SATSE y ESK, la cifraron más alta. ELA la estableció en un 60%, con una fuerte respuesta por parte de los doctores, que llegó al «80%», según la central.
Los profesionales de la Atención Primaria –6.000 de los 35.000 con los que cuenta la red completa de Osakidetza– piden disponer de más tiempo para dedicárselo a sus pacientes. En ese sentido, reclaman aumentar el número de médicos, pediatras, enfermeras y administrativos que trabajan en los 320 centros de salud del sistema vasco. En algunos de estos ambulatorios cada facultativo «tiene un cupo de 1.500 cartillas, muchas de ellas de gente mayor». Las enfermeras aún tienen listados más amplios, ya que su número es menor. Si no cambia la situación, alertan, «no podremos dar a los ciudadanos la atención sanitaria que necesitan».
Osakidetza, por su parte, recordó ayer que en febrero se aprobó una estrategia para la Atención Primaria con 35 medidas. Entre ellas figuran reforzar con 80 plazas de médicos y enfermeras los ambulatorios con mayor presión asistencial, quitar tarea burocrática a estos profesionales o aumentar las plazas MIR de especialidades ligadas al envejecimiento. Los sanitarios, sin embargo, desconfían de las promesas y advierten que si no ven «avances claros» el 17 de mayo repetirán una segunda jornada de huelga en la Atención Primaria.
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