Los ex presos del 'comando Madrid'

Pese a estar condenada a más de 500 años por distintos crímenes cometidos cuando militaba en el comando Madrid, López Riaño ha cumplido 23 años de prisión, uno por cada uno de los asesinatos que perpetró. En ese tiempo pasado en prisión dejó la ortodoxia más dura en la que se había formado y evolucionó hacia las posturas contrarias a la estrategia de la banda para finalmente acogerse a las medidas de reinserción que le permitían recibir beneficios penitenciarios. Por ello fue expulsada de la organización terrorista y del colectivo de presos. No es la única componente del comando Madrid que ha experimentado ese recorrido.

El arrepentido más conocido es Juan Manuel Soares Gamboa. Este activista llegó a ser uno de los miembros más destacado del comando Madrid y está acusado de 29 asesinatos. En 1995, cuando llevaba seis años confinado en la República Dominicana con el colectivo de deportados de ETA, anunció su abandonó de la banda y pactó su entrega a las autoridades españolas. Al llegar a España inició una colaboración activa con la Justicia, en la que no dudó en declarar contra sus compañeros de comando, incluida Idoia López Riaño. Ha realizado duras declaraciones contra el totalitarismo de la banda y de la izquierda aberzale durante el tiempo que él militó en la organización terrorista.

Fuga a Venezuela

Otro arrepentido del comando Madrid es Jesús García Corporales, Gitanillo, acusado de varios asesinatos de policías y militares en la capital de España. Se acogió a las medidas de reinserción por lo que fue trasladado a la cárcel de Zaballa, en la que están ingresados los terroristas que han decidido romper con la banda. Sin embargo, consiguió beneficiarse del fin de la denominada doctrina Parot un procedimiento anulado por la Justicia que alargaba el cumplimiento de las condenas al limitar la redención por lo que salió de prisión en 2014. Había sido detenido en 1994 en Francia y acumuló condenas que suman los 84 años de prisión.

Cuando estos activistas dieron el paso de renunciar a la banda, en algunas ocasiones se habían producido ya enfrentamientos personales con miembros de la dirección etarra que condujeron a un abandono de la militancia. Otros miembros del comando Madrid, sin embargo, se mantuvieron y se mantienen en la ortodoxia más estricta. El caso más paradigmático es el de José Ignacio de Juana Chaos, un etarra desaparecido hoy en Venezuela. Este terrorista fue condenado a más de 3.000 años de prisión por 25 asesinatos. Cumplió 18 años en aplicación de la legislación vigente. Tras salir de la cárcel en 2006 volvió a ser procesado por unos supuestos escritos amenazantes. En ese momento inició una huelga de hambre para protestar por su situación que duró 63 días. El etarra huyó antes de que la Audiencia Nacional le condenara por su textos y tras un largo periplo terminó en Venezuela. Otra componente del comando Madrid que salió de la cárcel sin dar ningún paso hacia la reinserción fue Inmaculada Noble, que fue novia de De Juana mientras ambos cometían atentados en Madrid. Pese a estar condenada a 325 años de prisión, cumplió 26 de condena.