Koldo Domínguez
Viernes, 9 de junio 2017, 20:42
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El Ayuntamiento de Getxo va a colocar en breve plazo un semáforo con pulsador en el barrio de Andra Mari, junto a las instalaciones de Lantegi Batuak. Los trabajadores de esta empresa social lo necesitan para cruzar la carretera sin peligro. Fue la concejala del ... PP Raquel González Díez-Andino (Bilbao, 40 años) la que llevó la petición al Consistorio. Ha logrado su aprobación. «Ésa es la verdadera vida política, la que tiene capacidad de hacer cosas por mejorar la vida de la gente», reconoce la edil vizcaína, casada y con dos hijos.
González, quien hasta hace unos meses había permanecido en un segundo plano del foco político al limitar su actividad a las tareas de oposición en Getxo -uno de los tradicionales bastiones del PP en Euskadi-, ha dado un paso al frente al presentarse -y ganar- la presidencia del Partido Popular de Bizkaia en el congreso celebrado este viernes. Su candidatura ha aglutinado a los críticos con el 'aparato' que en los últimos años ha dirigido el PP en este territorio y, en una demostración de fuerza que sorprendió en algunos sectores, ya pisó los pies a Nerea Llanos -exsecretaria general del partido en Euskadi y la aspirante 'oficial' para relevar a Antón Damborenea- en la recogida de avales previa al proceso.
Aunque se ha esforzado en subrayar el carácter «renovador» de su plancha, Raquel González ha contado con el respaldo de veteranos del PP vasco como el expresidente Carlos Iturgaiz -hombre de la máxima confianza de Jaime Mayor Oreja-, la veterena exconcejala de Getxo y exdiputada Marisa Arrue y Esther Martínez, ex secretaria general de Bizkaia defenestrada por Damborenea, entre otros militantes populares ilustres; sobre todo de la Margen Derecha y de la Margen Izquierda del Nervión. La profundidad de la brecha abierta con el sector que lidera Nerea Llanos ha impedido un acuerdo entre las dos candidaturas, pese a los intentos de mediación del líder popular en Euskadi, Alfonso Alonso.
«Bilbaína de nacimiento», Raquel González se siente «getxotarra de corazón». En ese municipio vivió buena parte de su adolescencia y juventud y en su Consistorio es donde ha desarrollado toda su carrera política. Mucho antes de afiliarse y entrar en política, supo lo que significaba ser objetivo de ETA. Su padre era capitán de la Guardia Civil destinado en el País Vasco. De hecho, ella se crió de niña en el cuartel de La Salve. «Fueron años muy duros y he visto muchas lágrimas en mi casa, pero tuve una infancia muy feliz, con muchos amigos dentro y fuera de los cuarteles», recuerda.
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Cuando llegó el momento de decidir qué quería ser en la vida, estuvo tentada de seguir los pasos de su padre y acudir a la academia de Zaragoza. Pero optó por la Universidad. Se matriculó en Derecho en Deusto, aunque finalmente estudió Secretariado de Dirección. De aquellos años «de los mejores de mi vida» aún conserva amistades con las que se reúne varias veces al año.
De la mano de su madre, simpatizante del partido, y de Pilar Aresti se acercó al PP. Eran las Navidades de 2002. Ingresó en Nuevas Generaciones y cinco años después entró «en los últimos puestos» en la plancha para las elecciones municipales. La lista corrió y finalmente pasó a ser concejala encargada de asuntos sociales dentro de su grupo. De ella destacan su capacidad de trabajo y de empatizar con la gente, su trato fácil, su orden y la devoción por sus dos hijos.
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