óscar b. de otálora
Martes, 4 de abril 2017, 01:28
Aunque todavía no se conoce el guión que ETA va a representar este fin de semana, cuando culmine su desarme, sí es posible establecer cuál es el modelo que quería imitar. Y en el caso del 'atrezzo' que habían previsto el pasado 16 de diciembre ... en el pueblo vascofrancés de Louhossoa, el objetivo final era sorprendente. La banda había copiado a los unionistas del Loyalist Volunteer Force (LVF), un grupo terrorista protestante de Belfast que fue el enemigo declarado del IRA, el espejo en el que ETA se ha mirado durante décadas. Pero en este caso la afinidad es táctica y no ideológica.
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El pasado 16 de diciembre, la Policía francesa entró en un caserío de Louhossoa y detuvo a cinco personas, entre ellas a 'Txetx' Etxeberry, el portavoz de los que luego se denominarían 'artesanos de la paz'. En la vivienda, además de un arsenal de ETA, los agentes encontraron un escenario con una amoladora y una taladradora, material con el que, según confesaron, pretendían destruir las armas. Estas imágenes, difundidas en 'Twitter' por el grupo Paix en Pais Basque (Paz en País Vasco), permitían apreciar un telón negro de fondo así como dos extintores, en previsión de que el serrado de las armas provocase un incendio. Los arrestados confesaron que su objetivo era grabar un vídeo para demostrar la voluntad de ETA de dejar las armas.
Asesinato del líder
La película es exactamente la misma que en 1998 rodaron los miembros del LVF. Ese año, este grupo terrorista norirlandés utilizó dos amoladoras y destruyó una parte de sus arsenales. El miembro del grupo y pastor protestante Kenneth McClinton, invitó a un restringido grupo de periodistas para que grabase la operación y certificasen así la voluntad del LVF de dejar la violencia.
Para estos unionistas norirlandeses esta escenificación era necesaria puesto que hasta entonces habían rechazado el proceso de paz y a sus presos se les ofrecía un futuro de largos años de cárcel. El pastor evangélico aprovechó que el violento líder de la LVF -Billy Wright, un sectario religioso que, por ejemplo, castigaba a sus compañeros de celda si les sorprendía con pornografía- fue asesinado en prisión por terroristas católicos para acelerar su propia versión del desarme. Las imágenes que el pastor difundió permitieron incluir a varios presos unionistas en las listas de reclusos que comenzaron a gozar de beneficios penitenciarios. Salvando las distancias, ETA se encontraba en una situación similar cuando decidió grabar el vídeo de Louhossha. Su proceso de desarme estaba atascado y sus presos comenzaban a cansarse por las falta de avances tras el fin de la violencia.
El LVF fue el único grupo que grabó su entrega de material. El IRA se negó por completo a que el final de sus arsenales fuera retratado para la historia. Sus armas se anularon en la clandestinidad más absoluta y para atestiguar que ya no existían bastó la firma de un general de la OTAN y dos sacerdotes, que aseguraron haber visto el proceso con sus propios ojos.
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