El Gobierno vasco pide la «máxima discreción» en torno al desarme de ETA para que no se frustre

Fernández ha insistido en que lo novedoso de este proceso es que se afronta una «posibilidad cierta» de un desarme «legal, definitivo y sin contrapartidas», que por ello ha generado «una coincidencia general entre actores políticos e institucionales muy diferentes a aceptar» ese desarme final de ETA. «Es de sentido común entender que una sobreexposición mediática pone en riesgo un proceso como es el desarme final de ETA que es muy delicado y que se desarrolla en unas circunstancias precarias», ha sentenciado.

El secretario de Paz y Convivencia ha considerado que el Gobierno vasco «no colaboraría en un proceso de destrucción de arsenales, entre otras cosas porque no sería legal». Jonan Fernández ha afirmado que «nunca plantearía que el desarme conllevaría un cambio en la política penitenciaria», al tiempo que ha instado a lograr «cuanto antes un consenso en esta materia entre el Gobierno español y las instituciones vascas».

Ha descartado que los episodios de violencia generados en las últimas semanas vayan a ponen en riesgo ese proceso ya que, según ha dicho, «son brotes de violencia desordenados» propios de cualquier proceso de paz, y así los ha considerado como «coletazos de violencia que están condenados al más absoluto de los fracasos».