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jorge sainz
Jueves, 2 de marzo 2017, 15:41
Izar, la hija de la presa donostiarra de ETA Sara Majarenas que fue apuñalada por su padre en enero, cumple este jueves tres años y no podrá permanecer más con su madre en la prisión valenciana de Picassent, tal y como dicta el reglamento penitenciario.
Para denunciar las consecuencias que puede tener en la menor esta separación, la plataforma 'Izarrekin Sara Etxera' ha convocado esta tarde una manifestación a partir de las siete en el Boulevard, apoyada por distintos colectivos y partidos. Majarenas, natural del barrio de Intxaurrondo, ha pedido que le pongan en libertad, al haber cumplido más de las tres cuartas partes de la condena, para poder atender a su hija de las secuelas de la agresión machista sufrida por su padre en Valencia. Está a la espera de un informe psicosocial que se terminará la próxima semana.
Estrasburgo rechaza la demanda de acercar a tres presos de ETA
En principio, la abuela de la niña, Kontxi Ibarreta, ha viajado ya a Picassent para hacerse cargo de Izar. El ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, ha declarado en las últimas horas que están trabajando para que Majarenas y su hija «puedan estar juntas», aunque sin mayor concreción.
Compromiso de Zoido
Por otra parte, familiares de la presa han reclamado al ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, que «concrete con hechos» su compromiso para mantener juntas a madre e hija, y han solicitado que la reclusa sea excarcelada para poder cuidar de la pequeña.
Representantes de la familia y la plataforma 'Izarrekin Sara Etxera', se ha reunido este jueves con los grupos del Parlamento autonómico para solicitar que apoyen sus reivindicaciones.
La abuela de la niña se ha desplazado a Picassent y permanece a la espera de recoger a la niña para encargarse de cuidarla.
No obstante, tanto la abuela como la propia Sara Majarenas, así como la plataforma constituida para apoyarlas y algunas instituciones y colectivos, reclaman que Izar pueda seguir viviendo con su madre.
Para ello, reclaman que Sara Majarenas, condenada en 2007 a 13 años de prisión por integrar un comando de ETA, sea puesta en libertad, de forma que pueda ayudar a la niña -que aún se recupera de las lesiones que le provocó su padre- a superar el trauma.
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