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David Guadilla
Sábado, 11 de febrero 2017, 16:32
Pablo Iglesias ha subido esta mañana en tres ocasiones al escenario de Vistalegre. La primera para saludar a los presentes en calidad de secretario general, la segunda para defender su documento político -la clave de todo lo que está sucediendo en el recinto madrileño- y ... la tercera para defender su candidatura a la reelección. Arrancó a hablar la última vez y se tuvo que callar. Ni las críticas de Íñigo Errejón ni las de los Anticapitalistas. Lo que ha obligado a Iglesias a guardar silencio ha sido un irrintzi procedente de una zona de la grada con presencia de simpatizantes vascos.
El irrintzi ha empezado nada más tomar la palabra Iglesias. Ha intentado continuar, pero como el irrintzi seguía, ha optado por esperar ante el asombro de buena parte de los presentes. Solo cuando el entusiasta militante vasco ha terminado, Iglesias ha podido seguir. Y lo ha hecho con un gesto de reconocimiento: «¡Gora Euskadi!», ha exclamado Iglesias con el brazo en alto.
Alrededor de 200 simpatizantes procedentes de Euskadi han llegado a Vistalegre procedentes de los tres territorios. Bien situados han colocado ikurriñas visibles en todo el recinto.
Aunque también hay seguidores anónimos, buen parte de ellos son rostros reconocidos. Dirigentes como Nagua Alba o Eduardo Maura han tenido más visibilidad. Los dos han subido al escenario al arrancar el acto como miembros del consejo ciudadano saliente. Cuando las cámaras han enfocado a Iglesias, Maura aparecía justo a su espalda, situado a la derecha de Íñigo Errejón.
También están otros rostros conocidos como Roberto Uriarte, exsecretario general; Neskutz Rodríguez, juntera vizcaína del sector anticapitalista; o Luis Alejos, quien fuera uno de los hombres de confianza de Uriarte y que durante las últimas semanas se aproximó a la vía abierta por Carolina Bescansa para buscar una salida al enfrentamiento Iglesias-Errejón. Todos apelan a la unidad, a construir un partido más fuerte, pero cada uno de los sectores definidos en el interior de Podemos marcan distancias con el resto y esperan con expectación el resultado de las votaciones, que no se conocerán hasta este domingo.
Una victoria de las tesis de Iglesias daría alas a los críticos con el equipo de Alba y Maura, más vinculados al sector errejonista. Lo que nadie sabe explicar es qué pasará si Iglesias cumple su palabra y dimite si no gana el pulso a Errejón.
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