óscar b. de otálora
Sábado, 21 de enero 2017, 11:33
El Movimiento por la Amnistía y contra la Represión (ATA), formado por exmiembros de la izquierda abertzale que rechazan la línea mantenida por Sortu y que reclaman la amnistía para los presos de ETA, ha denunciado que el pasado 14 de enero dos de sus ... simpatizantes fueron apaleados por una veintena de miembros del partido político liderado por Arnaldo Otegi. Según un comunicado de los disidentes, la agresión se produjo en el barrio del Antiguo, en San Sebastián, durante las fiestas locales.
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Los miembros de ATA han asegurado que conocidos militantes de Sortu del barrio rodearon a un joven de 15 años y simpatizante de la disidencia y le insultaron y amenazaron con golpearle. Al menor le avisaron de que le golpearían si le descubrían realizando pintadas a favor de la amnistía. Los críticos han señalado que más tarde, otro de sus simpatizantes, de 17 años, fue atacado por un grupo de 20 personas que «le propinaron una paliza y le causaron una herida en la ceja que requirió tres puntos de sutura». Según su relato, esta persona tuvo que huir para evitar las agresiones y «una militante de Sortu» le amenazó con una botella. El herido ya había sufrido una agresión anterior en febrero de 2016 y desde esa fecha había sido objeto de pintadas amenazantes en el Casco Viejo de San Sebastián.
En su comunicado, los disidentes cargan contra la izquierda abertzale y aseguran que se sienten obligados a «proteger a la militancia» y que cualquier ataque «tendrá su correspondiente respuesta». Según su interpretación, la agresión «es consecuencia del clima creado durante los dos últimos años por las distintas organizaciones de la izquierda abertzale oficial».
Congreso de Sortu
El movimiento pro amnistía y contra la represión ha escogido un momento muy especial para hacer pública esta denuncia, ya que hoy Sortu celebra un congreso con el que pretende refundarse e iniciar un nuevo proyecto político. En uno de los puntos clave para sus bases -los presos de ETA-, el partido de Arnaldo Otegi ya ha anunciado que renuncia a su política de reclamar la libertad de todos los internos y ha defendido que los reclusos busquen salidas individuales, una medida que tanto la banda terrorista como la izquierda abertzale han vetado y considerado una línea infranqueable durante décadas. Este cambio fue, precisamente, el que precipitó la formación de los grupos de disidentes, liderados por expresos que pertenecen a la línea más ortodoxa.
A partir de ese momento, la disidencia se fue convirtiendo en una escisión en la que los críticos agrupados alrededor de ATA han comenzado a movilizarse de forma autónoma y a realizar declaraciones cada vez más duras contra sus antiguos compañeros, a lo que han calificado de «traidores». De forma paralela, los grupos de apoyo a presos han dejado de prestar ayuda -tanto económica como jurídica- a aquellos reclusos que se han significado en su rechazo a la línea de Sortu.
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