KOLDO DOMÍNGUEZ
Viernes, 9 de diciembre 2016, 01:07
Se nota que Eduardo Maura tiene ganas de que arranque la legislatura y el Parlamento vasco funcione a pleno rendimiento. Como estratega político de Podemos Euskadi, además de diputado en Madrid, avanza que su formación ejercerá una «oposición constructiva» y llevará a la Cámara de ... Vitoria «cuestiones que hasta ahora estaban fuera de la política vasca». «Vamos a ser muy potentes y relevantes».
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Euskadi ya tiene Gobierno.
Nos han tenido en vilo de cara a la galería para sacar adelante un acuerdo que todo el mundo daba por hecho. Es un Gobierno continuista, pese a la entrada del PSE. No cabe esperar grandes novedades.
¿La presencia del PSE no cambiará nada?
El total del presupuesto que gestionará el PSE es escaso. Es un socio muy minoritario y no va a ser decisivo en los grandes temas. Ni el PNV ni la sociedad vasca conciben al PSE como una fuerza pujante.
¿Cómo interpreta este nuevo clima de relaciones entre PNV y PP?
El PNV se ha vuelto un especialista y parece tener patente de corso en jugar a una cosa y la contraria. Eso no es una novedad. Se pondrá de acuerdo con el PP en lo que sea necesario. El gran problema no es si el PNV se sale con la suya o no; es que no puedes defender los intereses de la ciudadanía vasca en el marco de unos presupuestos tan restrictivos como los del PP.
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El PNV dice que un posible acuerdo beneficiaría a Euskadi.
El PNV defiende los intereses del PNV. Y la ciudadanía vasca siempre ha entendido que sus intereses y los del PNV son diferentes, lo que pasa es que los demás partidos debemos hacer más trabajo político para intervenir en esa narrativa.
- ¿Ha sentido la muerte de Fidel Castro?
- Desde el punto de vista de mi educación sentimental y mis referentes históricos, no tengo particular vínculo afectivo con Castro y la revolución cubana. Así que no he recibido su muerte como algo que me doliera dentro. Sí es verdad que hay algunos aspectos en los que la labor diplomática y cooperación internacional de Cuba me parecen muy positivos. Siempre recordaré lo bien que hablaba Nelson Mandela de Castro y de cómo había apoyado el Gobierno de Cuba en la lucha contra el apartheid. El régimen de Castro ha tenido luces y sombras y hay que reconocer ambas.
- ¿Y el triunfo de Trump? Usted lo creía imposible.
- Es una lección para mí y para todo el mundo. Nos equivocamos. Pensamos que las encuestas tenían razón y eso empieza a ser un error crónico. Y sobre todo quienes hemos vivido alguna vez en Estados Unidos, aunque sea por temporadas, y tenemos vínculos académicos y culturales tenemos una sensación muy amarga. Las consecuencias pueden ser tremendas. Es una malísima noticia.
¿Ve a Podemos Euskadi apoyando los presupuestos de Urkullu?
Será muy difícil porque tenemos agendas sociales completamente diferentes y hacemos una valoración diferente de cuáles son las prioridades de la ciudadanía. ¿Podemos llegar a acuerdos en otras materias? Sí. Pero presupuestariamente hablando estamos muy lejos.
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¿Qué espacio quiere ocupar Podemos en la política vasca?
Ser un revulsivo para que los debates sean más avanzados y los acuerdos más progresistas. Más allá de nuestros once escaños, tenemos capacidad para conducir al centro del debate cuestiones que antes no estaban presentes en la política vasca: políticas públicas avanzadas, soluciones a los problemas de la sociedad vasca, y nosotros vamos a ser un agente muy relevante. Aún nos hace falta trabajo para hacernos un hueco pero ya estamos aquí y no nos vamos a ir a ninguna parte.
¿Pero cómo se plantean la legislatura?
Haremos oposición constructiva. Queremos sumar y ser protagonistas en ponencias como la de autogobierno, y en comisiones como Educación y Salud, y estar ahí donde se produzcan los grandes acuerdos. La política vasca ha cambiado. Ya no hay cuatro actores y un invitado de piedra en forma de Gorka Maneiro. Hay un tablero diferente con cinco actores y sus equilibrios.
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¿Corren el riesgo de quedar diluidos?
En absoluto. En la agenda social nadie va por delante de nosotros. Tenemos muchísimos propuestas que van a obligar al Gobierno vasco a aceptar cosas que ni se ha planteado. Hacía mucho tiempo que no entraba en el Parlamento vasco un soplo de aire y una cantidad de energía como la que nosotros traemos.
¿Ve factible pactar un nuevo estatuto entre todas las fuerzas, incluido el PP?
Parece difícil. Las posiciones de partida están relativamente alejadas pero es cierto que es una prioridad. No descarto un acuerdo aunque insisto, me parece muy difícil porque el PP tiene una dinámica que es la que es. Habrá que ver si avanzan o no. Creo que entre los otros cuatro partidos podemos llegar a acuerdos importantes. Y si lo hacemos, el PP tendrá que participar de alguna manera de ellos.
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Ustedes apuestan por el derecho a decidir, pero ¿son independentistas?
Ya hemos hablado de esto muchas veces. La concepción de un estado plurinacional que ponemos encima de la mesa implica que el independentismo es una posición política legitima, y yo lo que quiero es que la ciudadanía vasca pueda decidir qué quiere ser en el futuro: si ser un estado propio, una federación o lo que sea. Y sobre la independencia, habrá quien vote sí y quien vote no. Pienso que la inmensa mayoría de la gente que milita en Podemos y de la que nos vota es más bien partidaria de un estado plurinacional y no tanto de la independencia.
¿Y usted qué haría?
Si me pregunta a mí me obliga a hablar en nombre de Podemos. Y yo no soy quién para decir a los militantes qué deben votar. Yo lo que quiero es una pregunta clara y bien hecha.
Si la pregunta fuera: ¿está a favor de una Euskadi independiente?
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Mi apuesta es por un estado plurinacional en el que se pueda convivir entre iguales. Entiendo el derecho a decidir como derecho a convivir.
«Es una barbaridad»
¿Por qué estuvo en la manifestación de Alsasua en favor de los encarcelados?
Porque he tenido la sensación de que se estaba criminalizando a toda la población de Alsasua. Y porque había una movilización ciudadana muy transversal, con concejales de todos los partidos salvo UPN, y con la participación de un montón de organizaciones y asociaciones que estaban trabajando para encauzar políticamente un debate legítimo. Y es que hemos pasado de una cuestión de orden público a una acusación de terrorismo, que conlleva penas de entre 10 a 15 años, que es una auténtica barbaridad.
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Entonces considera que fue una simple riña de bar.
Yo no tengo la versión definitiva. El problema es que se ha puesto todo en términos de o riña de bar o terrorismo. Yo no soy quién, como dirigente político de Podemos Euskadi, para establecer los hechos. Eso le corresponde a los juzgados, pero en Euskadi hemos sufrido terrorismo, extorsión, acciones violentas de muchísimas maneras, y creo que tenemos claro que cuando hablamos de terrorismo hablamos de otra cosa.
Así que lo de Alsasua no lo fue.
Yo tengo muy claro que no. Y ojo, la violencia que sufrieron estas personas no tiene justificación, absolutamente ninguna. Pero la acusación de terrorismo contamina claramente la convivencia, no tiene tampoco justificación y genera una presión absolutamente insoportable en el pueblo y en las familias.
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