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DAVID GUADILLA
Viernes, 20 de mayo 2016, 11:35
El adiós de Hasier Arraiz del Parlamento tras ser condenado por el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco ha generado una tormenta política. El presidente de Sortu ha aprovechado su intervención para despedirse del resto de grupos y poner en valor la actitud de ... su grupo a la hora de lograr la paz en Euskadi. Una intervención que ha provocado airadas críticas del PP y de UPyD, que han considerado una «vergüenza» que se aplaudiese a una persona condenada por pertenencia a ETA.
El más contundente ha sido Borja Sémper, que ya en el mismo pleno ha tomado la palabra en un tono muy crítico que ha elevado todavía más en una posterior rueda de prensa en la que se ha preguntado si los miembros de la Cámara aplaudirían a «alguien que ha dejado de ser maltratador, que ha reconocido que era corrupto o que había sido un violador». Sémper, que ha criticado con dureza al lehendakari y a Idoia Mendia por saludar y despedirse de Arraiz, ha asegurado que tiene la sensación de que el PP se encuentra «cada vez más solo» en la defensa del relato de lo que ocurrió mientras ETA mataba y ha restado importancia a las palabras lanzadas por Arraiz desde el estrado.
A las 10.41 horas de esta mañana, el presidente de Sortu ha realizado su última intervención como parlamentario vasco. Arraiz ha subido al estrado para, oficialmente, preguntar al lehendakari sobre las medidas para «hacer frente a la estrategia recentralizadora» del Estado. Pero desde el principio ha dejado claro que la cuestion quedaba relegada a un segundo plano y que iba a aprovechar su intervención para despedirse y cumplir los dos años de inhabilitacion para cargo que le ha impuesto el Tribunal Superior
Arraiz ha realizado un discurso en el que ha recalcado que su grupo ha intentado generar un «escenario de paz y convivencia democrática». Ante la mirada de varios compañeros, amigos y familiares que le observaban desde la tribuna de invitados, Arraiz ha lamentado la «falta» de numerosas víctimas «de todas las violencias» y ha recalcado que su grupo apuesta por la «memoria, el reconocimiento y la reparación». En una mirada al pasado, Arraiz ha considerado que lo «peor» que dejaron los años de violencia fue que se «llegó a deshumanizar al adversario, a sus derechos humanos, nos deshumanizamos».
En un discurso en el que no ha aludido a ETA y a sus víctimas de forma explícita, sí ha pedido el regreso de los presos. Además, ha tendido la mano al PNV y al PSE para abrir y un nuevo tiempo político.
Damborenea le niega el saludo
Arraiz ha acabado su intervención entre los aplausos de los suyos. Después ha tendido la mano a los miembros de la Mesa. El popular Anton Damborenea se la ha negado. Luego se ha acercado al lehendakari, a Joseba Egibar y a Idoia Mendia. A los tres ha saludado de forma cariñosa. Arraiz ha salido del pleno lanzando dos besos y saludando.
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