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Urgente Un incendio en un bloque de viviendas desata la alarma en Basauri

¡Aquí no ha pasado nada!

En nuestra Euskadi esta sensación se produce en otras muchas ocasiones. Cada vez que se celebra el aniversario de alguno de los numerosísimos atentados mortales que ETA ha venido protagonizando

Josu Montalban

Miércoles, 18 de mayo 2016, 01:28

Uno de los importantes valores que guardan las fiestas navideñas es que desentierran a los muertos y recuerdan a los olvidados. En medio de la cena, más o menos apetitosa, se recuerda a los familiares fallecidos durante el año y se trae a la memoria ... a quienes han tenido que marchar y no están presentes en la reunión. Si, además, los ausentes no están por haber sufrido un accidente o por haber sido asesinados, el hecho se hace más doloroso aún. En nuestra Euskadi esta sensación se produce en otras muchas ocasiones. Cada vez que se celebra el aniversario de alguno de los numerosísimos atentados mortales que ETA ha venido protagonizando, se repite la terrible escena: una viuda que deposita un ramo de flores al pie de un monolito que recuerda al asesinado, o un hijo o una hija que hacen lo mismo, poniendo énfasis en el dolor y en el deseo de que nada se repita. La viuda del asesinado López de Lacalle ha dicho recientemente que «hay que pasar página, pero leyendo hasta la última palabra de lo que nos ha tocado vivir, de lo que estamos viendo».

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