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antonio santos
Lunes, 25 de abril 2016, 02:15
La futura relación con el PNV está generando un profundo debate en EH Bildu, hasta el punto de que han comenzado a surgir dos posturas ... bien definidas. A un lado, los sectores más posibilistas, encarnados por el presidente de Sortu y parlamentario de la coalición, Hasier Arraiz, que no descartan incluso colaborar con los jeltzales en un hipotético gobierno; y un sector más crítico que descarta por completo esa posibilidad y que apuesta por apartar a Iñigo Urkullu de la Lehendakaritza.
La fisura dentro de la izquierda abertzale se ha abierto tras unas declaraciones que realizó el propio Arraiz a mediados del mes pasado. El líder independentista quiso desmarcarse de Podemos y aseguró que entre sus objetivos para las elecciones autonómicas de otoño no está el de «desalojar» al PNV de la Lehendakaritza, sino que su formación está abierta a suscribir acuerdos de gobernabilidad con la formación peneuvista. Incluso se mostró a favor de que reeditar en Euskadi la fórmula aplicada por Uxue Barkos en Navarra: la de una entente entre nacionalistas, independentistas y Podemos.
La propuesta, que no pasa de ser un planteamiento sin demasiados visos de convertirse en realidad porque el PNV aspira a mantenerse en Ajuria Enea de la mano del PSE, ha generado un profundo debate en determinados sectores de EH Bildu. Hasta el punto de que la exportavoz de la Diputación de Gipuzkoa, Larraitz Ugarte, publicó el pasado domingo 17 un artículo de opinión en Gara en el que, sin citarle expresamente, reprochaba a Arraiz sus palabras. Calificaba así de «muy desacertada» esa idea de «no querer desbancar al PNV de Ajuria Enea». Una proposición que, insistió, «no conecta con el sentir de las gentes de la izquierda abertzale en su sentido más amplio».
Quienes están en desacuerdo con el planteamiento de la dirección sostienen que no se puede ir de la mano con los jeltzales cuando el partido de Andoni Ortuzar está actuando en contra de los principios que han guiado a la coalición independentista en los últimos años. Recuerdan, en este sentido, cómo los gestores nacionalistas de la actual Diputación de Gipuzkoa han suprimido la Ayuda de Garantía de Ingresos (AGI), que se puso en marcha durante el gobierno de Martin Garitano.
No entienden, en este sentido, que la dirección de EH Bildu lance en público este tipo de propuestas, porque creen que pueden «despistar» al electorado abertzale. Aunque se trate de un intento de que el PNV muestre en público sus contradicciones, rechace un acuerdo con los independentistas y muestre su voluntad de pactar con el PSE.
Ley de Vivienda y Municipal
La dirección de EH Bildu apuesta desde hace meses por ofrecer una imagen más abierta y cercana a los acuerdos con el resto de fuerzas. Explican de esa manera su apoyo en el Parlamento vasco a la Ley de Vivienda, suscrita con PSE y UPyD, y la Ley Municipal, esta vez con el PNV. Los responsables de la coalición creen que ha llegado el momento de abrirse al entendimiento con otras formaciones y ofrecer la sensación de que EH Bildu es capaz de gobernar y sacar propuestas adelante y que no es exclusivamente un grupo de oposición al poder.
Una estrategia que, en el caso de la relación con los jeltzales, choca con la posición de quienes entienden que EH Bildu es un movimiento que ha nacido para sustituir a una formación conservadora como es el PNV y que con los jeltzales no es posible mayor entendimiento que el que se pueda alcanzar para impulsar un proceso independentista en Euskal Herria.
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