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Otegi con su petate con la bandera de Sudafrica.

El regalo del libro 'Terror y terrorismo' y la bandera de Sudáfrica en el petate

Con una constante sonrisa en el rostro, Arnaldo Otegi ha recorrido la distancia entre la prisión y el pequeño escenario en el que ha realizado su primer discurso arropado por unos doscientos simpatizantes

Silvia Cantera

Martes, 1 de marzo 2016, 12:15

Los aplausos han llegado unos pocos minutos antes de que Arnaldo Otegi saliese de la cárcel. Esta falsa alarma que ha puesto en alerta a todos se ha producido cuando alguien ha mostrado una bandera de la Real Sociedad. Pasado el sobresalto, cuando aún ... quedaban cinco minutos para las nueve, el carismático dirigente de la izquierda abertzale ha recorrido con una amplia sonrisa los escasos metros que lo separaban de sus familiares. En la mano llevaba un petate con la bandera de Sudáfrica impresa, un país con el que se le ha relacionado constantemente ya que sus simpatizantes acostumbran a hacer paralelismos con su figura y la de Nelson Mandela. Entre irrintzis y gritos a favor de la liberación de los presos de ETA, se ha fundido en un emotivo abrazo con su hijo Hodei en cuanto ha salido de la prisión de Logroño, en la que ha permanecido la mayoría de los seis años y medio de su condena por el intento de refundar la ilegalizada Batasuna a través de la plataforma Bateragune.

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Junto a la puerta de la prisión también aguardaban su mujer Julia Arregi, su hija Garazi, que no ha podido reprimir las lágrimas al ver a su aita en libertad, y su padre. Algunos de sus familiares incluso han grabado el momento de la salida con la cámara de sus teléfonos móviles. «Hay mucha gente, eh», les ha comentado a su hijo y a su padre en cuanto ha terminado de abrazar a todos sus parientes cercanos. Han posado un segundo para los medios y poco después les pedía a ambos que comenzasen a andar. «Venga, vámonos de aquí, por favor», les ha pedido entre risas queriendo dejar atrás cuanto antes su etapa en la cárcel.

«Bien, bien», decía en euskera a cuantos le preguntaban qué tal estaba. En los 200 metros que separaban la prisión del punto en el que ha hecho sus primeras declaraciones, ha saludado a decenas de conocidos, entre los que no han faltado el cantante Fermin Muguruza y el cantautor Lluis Llach, que es a su vez parlamentario en Cataluña con Junts Pel Si y que ha manifestado que acudía a Logroño «por 67 años de coherencia». Los máximos dirigentes de la izquierda abertzale -muchos de ellos le habían visitado ya durante su estancia en la cárcel- tampoco han perdido la oportunidad de saludar a Otegi. Hasier Arraiz (Sortu), Pello Urizar y Unai Ziarreta (EA), Rebeka Ubera y Jon Iñarritu (Aralar), y Oskar Matute (Alternatiba) han llegado a la prisión riojana mucho antes de que el exportavoz de Batasuna saliera. También ha estado presente la plana mayor de la izquierda abertzale con Rufi Etxeberria, Iñigo Iruin, Pernando Barrena... y varios representantes de formaciones catalanas como la CUP -David Fernández y Anna Gabriel- o Santi Vidal, de ERC. Arraiz, minutos antes de reencontrarse con Otegi, recordaba a los medios que apenas habían coincidido ya que él pasó una temporada en la cárcel cuando el de Elgoibar aún estaba en libertad.

«La sonrisa, Arnaldo», se escuchaba desde uno de los laterales del pasillo que le han hecho sus simpatizantes. «La sonrisa, siempre», le ha respondido con un gesto de complicidad. Justo antes de subirse a la furgoneta en la que se ha dirigido hasta Elgoibar, un simpatizante le ha regalado 'Terror y terrorismo', un libro escrito por Julio Caro Baroja con el que Otegi ha puesto rumbo a casa.

Mientras completaba a pie el pasillo, Otegi se ha quejado del frío y ha compartido sus primeras impresiones con la familia. Estaba sorprendido por el despliegue de medios y la cantidad de gente que había acudido a respaldarlo, alrededor de dos centenares. «Viendo como es esto, ¿cómo será en Elgoibar?», se preguntaba sobre el recibimiento previsto para la tarde en su localidad natal. «¿Cuántas cámaras puede haber?», le decía a su mujer. «¿Pero en serio las vas a contar?», le ha respondido Julia Arregi risueña mientras veía cómo su marido perdía la cuenta.

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En cuanto se ha subido al atril desde el que ha realizado su primer discurso de apenas un minuto y medio -«breve», como él mismo se ha encargado de puntualizar en francés- el líder abertzale ha recibido un homenaje en forma de aurresku. Tras recibir un ramo, Otegi ha saludado con un «Gora Euskal Herria Askatuta!» aclamado por los presentes, que agitaban sus ikurriñas y símbolos contra la dispersión de los presos de ETA con los que han querido recibir al «preso político», según se ha autodenominado el guipuzcoano.

Para cuando Otegi se ha metido en la furgoneta con su familia de camino al homenaje que le ha preparado su localidad natal, el hastag #FreeOtegi ya era uno de los temas más comentados en Twitter a nivel mundial. La puesta en libertad del exlider de Batasuna ha creado en las redes una expectación solo superada en ese momento por el día de San David y el cumpleaños de Justin Bieber.

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