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antonio santos
Martes, 9 de febrero 2016, 01:55
La izquierda abertzale confía en que ETA dé un nuevo paso sobre su desarme en las próximas semanas o meses. Dirigentes de EH Bildu están convencidos de que la banda anunciará «pasos de calado» en un plazo de tiempo no muy lejano y que volverá ... a certificar su voluntad de poner fuera de uso sus arsenales. La organización terrorista respondería así de forma positiva a los emplazamientos que los expertos del Foro Social le hicieron el 30 de enero pasado, durante la conferencia que mantuvieron en Gernika. Mediadores como el abogado sudafricano Brian Currin y como Alberto Spektorowski, ex asesor del que fuera ministro de Exteriores israelí Shlomo Ben Amí durante las conversaciones de Camp David, abogaron por que ETA recibiera al nuevo Gobierno español con un gesto de destrucción de armas. Algo que fuera «transparente» y que generara «confianza» en la sociedad vasca.
Las conclusiones de los debates surgidos tras aquella jornada en Gernika se darán a conocer en las próximas semanas. Responsables de EH Bildu esperan que a ese pronunciamiento le siga una declaración por parte de ETA asumiendo las recomendaciones. Y que un tiempo después se materialice ese gesto sobre el desarme.
Dirigentes de la coalición abertzale reconocen que la voluntad de ETA de desprenderse de su armamento no es nueva y que todo el proceso se podría estar llevando a cabo de una manera mucho más veloz si el año pasado no se hubieran producido operaciones policiales como la que se desarrolló en la localidad francesa de Biarritz. Allí se desmanteló un zulo de la banda y se detuvo a su supuesto guardián, Enrique López Jurio, mientras permanecía escondido en un palacete de la ciudad. Un operativo que la propia organización terrorista calificó de «ataque grave y directo» al desarme que la cúpula etarra habría pactado con la Comisión Internacional de Verificación que dirige Ram Manikkalingam.
Según estas fuentes, la banda mantiene su voluntad de seguir adelante con el desarme, aunque ve con ciertas dificultades que pueda completar su desmantelamiento en lo que queda de año. Sólo un cambio de actitud por parte del Gobierno español que se pueda formar en las próximas semanas -si no se produce finalmente una nueva convocatoria de elecciones- permitiría que los acontecimientos se sucedieran con mayor celeridad. Reconocen la complejidad para desmantelar los arsenales cuando los cuerpos de seguridad tanto de España como de Francia mantienen una vigilancia extrema sobre los pocos etarras que aún permanecen en suelo galo.
La izquierda abertzale lleva en los últimos meses buscando fórmulas que faciliten el desarme de ETA. Dan un importante valor a la nueva configuración que ha adoptado el Foro Social. De ser un órgano auspiciado por la ya desaparecida Lokarri y por Bake Bidea sin una periodicidad concreta, en la reunión del pasado 30 de enero en Gernika anunció su deseo de trabajar de una manera más continua, prácticamente mes a mes. Un compromiso que ha hecho aumentar las especulaciones sobre futuros movimientos de la organización terrorista. Se trataría de facilitar una especie de vía vasca para el desarme, por la que el Gobierno de España no tenga que asumir ningún papel activo, excepto el de dejar hacer a los terroristas y a los mediadores propuestos para este fin.
Mejor que el episodio de 2014
Fuentes cercanas a los verificadores de Manikkalingam aseguran que la comisión internacional no tiene prevista en su agenda una próxima visita a Euskadi, aunque en ciertos círculos nacionalistas no se descarta que la CIV pudiera viajar al País Vasco antes de que acabe el año. Las fuentes consultadas aseguran, en este sentido, que cualquier paso que vaya a dar ETA superará con creces el episodio de febrero de 2014, cuando a través de la BBC se difundió un vídeo en el que miembros de la banda simulaban en la localidad francesa de Toulousse una entrega de armas al propio Manikkalingam y a otro de los miembros de esa comisión, Ronnie Kasrils.
Aquel gesto fue tildado de insuficiente por la gran mayoría de las organizaciones políticas de Euskadi, e incluso la propia CIV reconoció no haber quedado satisfecha con el resultado. Entonces sus integrantes ya admitieron que no volverían a participar en un movimiento de ese tipo. Dijeron que, para tomar parte en ello, debería ser un paso de una gran importancia.
El factor internacional ha cobrado una gran trascendencia en todo este proceso por lo que tampoco se descarta que al equipo de la CIV se puedan sumar nuevas personalidades extranjeras que, aunque no participen de forma directa en el desmantelamiento de los arsenales, sí puedan dar cierta seriedad a los futuros movimientos. Al similar, salvando las enormes distancias, al que ocurrió en 2011, cuando exdirigentes internacionales como Kofi Anann o Bertie Ahern, entre otros, tomaron parte en una conferencia de paz en San Sebastián, organizada como pista de aterrizaje para que ETA declarara oficialmente el «cese definitivo de la actividad armada».
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