Iñaki Juez
Jueves, 4 de febrero 2016, 01:32
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«Mandas poco, en tu partido mandan otros», le soltó Pablo Iglesias a Pedro Sánchez durante un debate en televisión en plena campaña de las últimas elecciones generales. El líder de Podemos no hacía más que señalar lo evidente: el escaso entusiasmo con el secretario ... general del PSOE y candidato a La Moncloa por parte de un grupo de 'barones' socialistas capitaneados por la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz. También de algunos miembros de la 'vieja guardia' del partido. Las pullas de unos y otros, trufadas de críticas a su talla política y a su estrategia para alcanzar el poder, no han hecho más que crecer desde entonces. Dardos envenenados lanzados desde casi toda la geografía española excepto. Con una excepción destacada: Euskadi. El PSE, a pesar del escaso volumen de militantes y de votos que aporta a la organización nacional, se ha convertido en uno de sus principales bastiones del aspirante a la presidencia del Gobierno. Por ello, no resulta extraño que algunos de los pesos pesados del socialismo vasco formen parte de su guardia pretoriana y hayan sido llamados a protagonizar un papel predominante en la nueva etapa surgida tras el fin de un bipartidismo, que el 20-D no pudo superar el ascenso meteórico en las urnas de Podemos y Ciudadanos. Entre los que destacan Patxi López, presidente del Congreso; Rodolfo Ares -que integrará el equipo negociador con otros partidos en busca de apoyos para la investidura; e Idoia Mendia.
El flechazo de los socialistas vascos con Pedro Sánchez se remonta al momento en el que el entonces desconocido diputado del PSOE por Madrid decidió presentarse a las primarias a la secretaría general, celebradas en junio de 2014, para suceder a Alfredo Pérez Rubalcaba, que dimitió tras los pobres resultados de las elecciones europeas. En ese proceso obtuvo un 49% de los votos de los militantes, frente al 36% de Eduardo Madina y al 15% de José Antonio Pérez Tapias, sus adversarios. En Euskadi obtuvo un apoyo superior, el l 50,19% (1.748 votos), a pesar de que el vizcaíno Madina aspiraba al mismo puesto. Este último fue profeta en su tierra al recibir el apoyo mayoritario de los socialistas vizcaínos, pero fracasó en Álava y Gipuzkoa, lo que provocó que solo recaudase el 34,60% (1.250) del total de las papeletas. Pérez Tapias, el tercero en discordia, se quedó lejos de ellos con 530 votos, el 15,21%.
Por eso, a la hora de conformar la nueva ejecutiva socialista, Pedro Sánchez supo corresponder al apoyo obtenido en Euskadi con el nombramiento de Patxi López como secretario de Acción Política, Ciudadanía y Libertades de su ejecutiva. Un puesto interno de nuevo cuño con el que el exlehendakari se convertía en uno de sus hombres de confianza. Tras las últimas elecciones generales, y con el Gobierno de la nación aún por decidir, la bancada socialista lograba el apoyo de Ciudadanos para que el exsecretario general del PSE se convirtiese en el nuevo presidente del Congreso, el tercer cargo en la estructura del Estado, por detrás del Rey y el jefe del Gobierno. Una gran victoria para los socialistas vascos, que no sería la única.
Ares, al equipo negociador para la investidura
Otro importante dirigente del PSE también fue llamado por Pedro Sánchez en 2015 para ocupar un puesto de gran calado. Rodolfo Ares, consejero de Interior del Gobierno vasco entre 2009 y 2012, durante la época de Patxi López como lehendakari, era nombrado vicecoordinador del comité electoral del PSOE. Allí es donde se cocinan las estrategias del partido para los diferentes comicios, algo de lo que el veterano socialista, retirado del primer plano desde las últimas autonómicas, es un reconocido experto. Ares acaba de ser nombrado miembro del equipo encargado de negociar con otros partidos políticos el apoyo al candidato socialista durante la sesión de investidura en el Congreso. El exsecretario de Organización del PSE integra ese gripo junto al exministro Jordi Sevilla; el portavoz en el Congreso, Antonio Hernando; la diputada Meritxel Batet, el exsecretario de Estado José Enrique Serrano y María Luisa Carcedo.
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Con estos antecedentes, no resulta extraño el apoyo incondicional de la secretaria general del PSE, Idoia Mendia, a las decisiones que está tomando Pedro Sánchez, en contraposición a las críticas de otros 'barones' del PSOE: «No me dedico a enredar, a chismes, ni a nada parecido. Yo me reúno con el secretario general, digo lo que pienso. No lo filtro a los medios», aseguraba el 2 de febrero en plena tormenta tras la celebración del comité federal en la que el líder socialista logró a regañadientes el apoyo de los presidentes regionales a su plan para tratar de conformar un Gobierno de cambio en España.
La jugada maestra que pilló totalmente desprevenidos a sus opositores en el seno del partido fue consultar a la militancia los posibles pactos postelectorales, una idea que de puertas para fuera ningún dirigente se atrevió a contradecir. «No me veo decidiendo algo diferente a las bases», remachaba la dirigente del PSE al tiempo que ensalzaba a Sánchez por haber tenido tan buena idea. Está claro que Pedro Sánchez se ha ganado el corazón de los dirigentes vascos. Quizás el hecho de estar casado con una bilbaína, Begoña Gómez, le haya ayudado a llevarse tan bien con ellos.
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