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El Rey y las formas

El Rey con el que ERC y Bildu se niegan a reunirse no es un símbolo antidemocrático, sino un símbolo de la democracia; lo que resulta antidemocrático es el comportamiento de quienes no respetan los principios de la Monarquía parlamentaria

Javier Tajadura Tejada

Lunes, 18 de enero 2016, 19:46

El artículo 1. 3 de la Constitución dispone que «la forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria», es decir, un régimen parlamentario en el que la jefatura del Estado corresponde a un monarca al que se le atribuye una función moderadora, pero carente ... de poderes políticos en sentido propio. La Monarquía se legitima por la función que cumple. El carácter hereditario de la Corona refuerza su independencia y neutralidad suprapartidista para actuar como árbitro cuando el contexto político-constitucional lo requiera. En el confuso escenario político que vive España, la función arbitral del jefe del Estado se requiere tanto en relación con el desafío independentista catalán, como a la hora de buscar un candidato a la presidencia del Gobierno capaz de suscitar los apoyos necesarios para su investidura. Para afrontar estos dos problemas, el Rey debe hablar mucho, con discreción, y con todos los actores políticos implicados.

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