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elcorreo.com
Miércoles, 13 de enero 2016, 17:04
Carolina Bescansa ha salido al paso de la polémica que ha generado su asistencia al Congreso acompañada de su bebé. La 'número tres' de Podemos ha defendido el derecho que tiene todo el mundo a criar a sus hijos «como pueden y quieren» y ... ha reconocido haber disfrutado del «privilegio» de no haber tenido que separarse de su bebé desde que nació.
Diego, el pequeño de cinco meses, se ha convertido en el centro de todas las miradas de la sesión de constitución de las Cortes. Desde que ha entrado en el hemiciclo de la Cámara Baja y, sin protestar ni llorar ni una sola vez a lo largo de las casi cinco horas de sesión, ha pasado de brazo en brazo y ha recibido las carantoñas de diputados de diferentes formaciones, incluyendo las de los compañeros de filas de su madre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón. Bescansa le ha dado el pecho en varias ocasiones e incluso ha bajado a votar las cuatro veces con el pequeño en brazos, y sólo cuando ha tenido que acatar la Constitución lo ha dejado al cuidado de un compañero.
A la dirigente de Podemos le ha sorprendido que sea noticia el hecho de que una madre acuda a su trabajo con su bebé cuando hay millones de personas que cuidan niños, enfermos y ancianos todos los días, una situación -ha dicho- que hay que hacer visible. Y ahora, ha añadido, ha llegado el momento de que las instituciones reflejen toda esa realidad que está en la calle. Sobre la posibilidad de utilizar la guardería que la Cámara pone a disposición de funcionarios y diputados, Bescansa ha insistido en que aún está dando de mamar a su niño y, por tanto, «no puede comer otra cosa».
Precisamente diversas diputadas le han recordado la posibilidad de disfrutar de ese servicio. «Le he comentado que está la guardería, porque me da pena un niño tan chico, en un sitio cerrado con 400 personas», ha dicho la vicepresidenta del Congreso, Celia Villalobos. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha afirmado que le parece «muy lamentable instrumentalizar a los niños con fines políticos», porque la Cámara Baja cuenta con una «magnífica guardería».
Una de las más críticas ha sido la socialista Carme Chacón, vicepresidenta de la Cámara cuando se puso en marcha la guardería, para quien, «francamente, no hacía falta» que la parlamentaria trajera hoy a su bebé, máxime cuando existe esa escuela infantil y «hay muchas trabajadoras en este país que no pueden hacer esto».
La diputada de Coalición Canaria Ana Oramas ha explicado que ella tuvo que incorporarse a los trabajos parlamentarios sólo quince días después de haber dado a luz y ha abordado la cuestión desde otra vertiente al plantear que a los niños «hay que protegerlos también en su intimidad» como hace la presidenta de Andalucía, Susana Díaz.
Podemos ha salido al paso del debate suscitado en un comunicado, en el que ha definido el gesto de «simbólico» en favor de la «reivindicación de todas las mujeres que tienen que poder conciliar vida familiar y laboral».
«Hay que implicar al hombre»
Entretanto, varias asociaciones de mujeres y de familias han cuestionado el gesto y han destacado que existen otras formas de reivindicar la conciliación familiar y laboral y que lo importante es la corresponsabilidad. La presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas, Yolanda Besteiro, ha opinado que el gesto de Bescansa lanza un mensaje «contraproducente, muy poco afortunado y que hace mucho daño», pues no se trata tanto de apostar por la conciliación sino por la corresponsabilidad en el cuidado de los hijos.
«La conciliación se está traduciendo en una trampa para las mujeres» que, además de trabajar, se tienen que hacer cargo del cuidado de los hijos. Para Besteiro, el gesto de la diputada de Podemos «fomenta y perpetúa la idea de que seguimos siendo las mujeres las que tenemos que cuidar de nuestros hijos y compatibilizarlo con el trabajo», más aún cuando en el Congreso de los Diputados hay una guardería. «Hay que implicar al hombre también en el cuidado de los hijos», ha subrayado.
Similar opinión ha expresado la directora de la Fundación Mujeres, Marisa Sotelo, quien se ha preguntado si, por ejemplo, una cajera pueda hacer lo que ha hecho hoy Bescansa en su trabajo. Aunque ha comentado que la polémica que se ha creado es «exagerada», ha considerado que «si realmente Bescansa pretendía convertir lo de hoy en un acto reivindicativo, hay otras formas y no hace falta hacerse fotos de esa manera».
Por su parte, Ascensión Iglesias, la presidenta de la Unión de Asociaciones de Familias -que representa a todo tipo de familias- ha afirmado que «queda mucho por hacer» sobre la corresponsabilidad, que es lo que de verdad importa. Por ello, ha cuestionado la actitud de Bescansa en el Congreso y ha asegurado: «Me hubiera gustado más haber visto a un varón con un niño» porque se hubiera visibilizado así lo que es la corresponsabilidad.
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