El miembro de ETA Ibon Iparragirre, en el momento de su detención en 2010 en Ondarroa.

El etarra por el que se reivindicó el sabotaje de Derio militó en un comando repudiado por la banda

Ibon Iparragirre, en cuyo nombre se produjo el incendio de ocho autobuses en Derio, formaba parte de un grupo que atentó contra la comisaría de la Ertzaintza en Ondarroa y al que se le incautó cocaína y otras drogas. Uno de sus miembros fue desterrado a Jaca por alardear en su pueblo de ser terrorista

EL CORREO

Martes, 3 de noviembre 2015, 01:41

Ibon Iparragirre, el preso en cuyo nombre se produjo el ataque de kale borroka que el domingo calcinó ocho autobuses de Bizkaibus en Derio valorados den dos millones de euros, formaba parte de un comando de ETA al que la propia banda había repudiado, al ... parecer, por los comportamientos de algunos de sus componentes. El grupo terrorista fue desarticulado por la Ertzaintza en 2010, pero las investigaciones revelaron que llevaban al menos dos años desconectados de la dirección de la organización, sin que la banda hubiera intentado repescarlos.

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Ibon Iparragirre fue detenido el 26 de enero de 2010 en Ondarroa por la Ertzaintza. Hasta ese momento era conocido en la localidad vizcaína por haber tenido un puesto de venta de castañas en el centro del pueblo y por ser un repartidor de pizzas a domicilio. La investigación posterior reveló que Iparragirre era responsable, entro otros ataques, del mayor atentado registrado en su municipio natal. El 21 de septiembre de 2008, en plena ofensiva de ETA, el comando al que pertenecía recibió un coche cargado con explosivos y lo hizo estallar en la puerta de la comisaría de la Ertzaintza, que quedó arrasada. Once personas, entre agentes y civiles, resultaron heridas y decenas de viviendas particulares quedaron destrozadas por la violenta detonación.

Zulos y armas cortas

Las pesquisas posteriores revelaron que el comando se había desconectado de la dirección de la ETA poco después del atentado, sin que se conozcan las causas. Quizás la detención de alguno de sus enlaces hizo que la cúpula de la organización no pudiera conectar con ellos, aunque esta posibilidad no explicaría que durante dos años ningún responsable de la dirección etarra intentase localizarles, en especial cuando en este tiempo el grupo había guardado un zulo con material suficiente para fabricar un coche bomba y armas cortas. Durante dos años, pese a que se trataba de un comando 'legal' -no fichado por la Policía- y con un arsenal a su servicio, ETA ignoró su existencia y les dejó a la deriva.

Pero las pesquisas también revelaron que el comando tenía una serie de vínculos que ETA repudia en sus exigencias de clandestinidad. Uno de los presuntos componentes del grupo, Igor Martín, había sido desterrado de Ondarroa por orden de la banda, como castigo por haber alardeado en público de ser miembro de la organización terrorista. El ser expulsado de Euskadi era una de las sanciones que aplicaba la banda a quien desea humillar internamente por haber mostrado actitudes en contra de las directrices de la banda. A consecuencia del destierro, Igor Martín fue detenido en Jaca, localidad oscense a la que se había trasladado a vivir. Martín fue acusado de haber colocado en 2005 un coche bomba que causó daños en el polígono industrial de Vizcolano, en Ávila.

Por otra parte, en las incautaciones llevadas a cabo por la Ertzaintza se localizaron 39 dosis de cocaína ya preparadas para su venta, y marihuana, así como material de corte, básculas y otras sustancias necesarias para el tráfico de estupefacientes. La banda, en ese momento, tenía órdenes internas contra el consumo de drogas al entender que convertirse en un adicto podría debilitar las exigencias de clandestinidad de sus miembros. La droga pertenecía a uno de los colaboradores del comando, aunque, según algunas fuentes, algunos de los miembros detenidos en la operación eran conocidos consumidores en el pueblo.

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