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david guadilla
Lunes, 12 de octubre 2015, 01:37
Seis años después de su detención, acusados de intentar reconstruir la ya por entonces ilegalizada Batasuna, Arkaitz Rodríguez, Miren Zabaleta y Sonia Jacinto quedaron ayer en libertad tras cumplir la totalidad de la condena impuesta por el Tribunal Supremo. Con su excarcelación, sólo quedan en ... prisión por el denominado caso Bateragune Arnaldo Otegi y Rafa Díez Usabiaga. La salida del que fuera exportavoz de la izquierda abertzale está prevista, en principio, para abril del año que viene, mientras que el exsecretario general de LAB, probablemente, deberá esperar hasta 2017 para pisar la calle.
Los cinco fueron detenidos el 13 de octubre de 2009 en una operación que se desarrolló en la sede del sindicato abertzale en San Sebastián y en varias localidades de Gipuzkoa y Navarra. Dos años después, en septiembre de 2011, la Audiencia Nacional les impuso condenas que oscilaban entre los ocho y los doce años, aunque el Tribunal Supremo las rebajó en mayo de 2012. Los magistrados fijaron la pena definitiva de Rodríguez, Zabaleta y Jacinto en seis años y las de Otegi y Díez Usabiaga en seis años y medio.
Los magistrados entendieron que pretendían reconstruir las estructuras de Batasuna a las órdenes de ETA. El argumento de la defensa fue justamente el contrario. Que Otegi y el resto de acusados estaban diseñando un proceso para lograr el fin del terrorismo y que el conjunto de la izquierda abertzale apostase únicamente por las vías políticas.
La primera en pisar la calle fue Jacinto, internada en la prisión madrileña de Estremera. Poco después salieron Zabaleta, que estaba en Valladolid, y Rodríguez, que permanecía en el centro penitenciario de Logroño. A los tres les esperaban familiares y amigos. Miren Zabaleta se reencontró a las puertas de la cárcel pucelana con su padre, Patxi Zabaleta, excoordinador general de Aralar. Por su parte, la abogada Jone Goirizelaia esperó la salida de Rodríguez, el único en hacer declaraciones.
«El Estado ha fracasado en su intento de impedir que la izquierda abertzale ponga en marcha su nuevo proyecto independentista», aseguró nada más abandonar la prisión de Logroño. «Se ponga como se ponga (el Estado) y haga lo que haga, no va a poder impedir que Euskal Herria siga los pasos de Cataluña y emprenda su propio proceso», insistió Rodríguez.
Ahora todos los ojos están puestos en abril del año que viene, cuando está previsto que Otegi quede en libertad. Su excarcelación es esperada con enorme expectación en la izquierda abertzale, consciente del tirón mediático e interno que sigue teniendo el que fuera su portavoz y rostro más popular durante más de una década. Pero también el resto de partidos miran de reojo a Otegi.
En principio, el Supremo fijó una «inhabilitación especial para cargo público» hasta 2021 para el exdirigente de Batasuna. Pero en la sentencia no se detalló a qué puestos concretos tendría vetado el acceso. Y la doctrina del Tribunal Constitucional determina que «las condenas no pueden ser genéricas». Un resquicio legal que podría permitir a Otegi ser el candidato de EH Bildu en las próximas autonómicas, previstas para otoño del año que viene.
Respaldo de Eguiguren
La decisión definitiva sobre el futuro de Otegi, que está en la prisión de Logroño, no se conocerá hasta los próximos meses. Mientras tanto, la plataforma Arnaldo Askatu presentó ayer la manifestación que recorrerá el próximo sábado las calles de San Sebastián para reclamar su puesta en libertad. La marcha cuenta con el respaldo de las formaciones que integran EH Bildu además de Ezkerra-Berdeak, BNG, CUP, ELA y LAB, entre otros, así como adhesiones a título personal como las del diputado de ERC, Joan Tardá, y la de Jesús Eguiguren. Desde las conversaciones de paz que llevaron a cabo entre 2004 y 2006, el expresidente del PSE y Otegi mantienen una estrecha relación. No es la primera vez que reclama su salida de prisión.
En una rueda de prensa celebrada en la capital guipuzcoana, el portavoz de la plataforma, Angel Ugarteburu, recalcó que se ha «constatado el nerviosismo y la falta de rumbo de un Estado que estaba cómodo en las antiguas coordenadas y quiere rentabilizar un discurso caduco», basado en la «negación y en la confrontación».
La manifestación no sólo pedirá la libertad de Otegi. También la de Díez Usabiaga, que está en El Dueso, Santoña. El exsecretario general de LAB no saldrá hasta bien entrado 2017 porque permaneció en libertad entre abril de 2010 y septiembre de 2011 para cuidar de su madre, en estado crítico.
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