El hijo de 'Josu Ternera' se había inscrito en una universidad de París con su nombre auténtico

La imagen de Egoitz Urrutikoetxea se difundió en el año 2000, cuando el hijo se convirtió en una imagen icónica al encargarse del recibimiento a su padre cuando éste abandonó la prisión. Los fotógrafos le inmortalizaron en el momento en el que le entregaba a 'Josu Ternera' un talla de madera con el hacha y la serpiente: el emblema de ETA.

Kale borroka francesa

Con anterioridad, el joven había realizado todo su trabajo en las estructuras más ortodoxas en la izquierda abertzale. En 1996, con 22 años, fue ya identificado como uno de los organizadores de Gazteriak, la versión francesa de Jarrai (no en vano, Egoitz Urrutikoetxea es nacido en Bayona). En 1997 fue condenado por violencia callejera al otro lado de la frontera y se le impusieron tres años de prisión por atacar las viviendas de policías galos. Tras salir de la cárcel comenzó a trabajar para Koldo Gorostiaga, el europarlamentario de HB. En ese tiempo era ya un destacado miembro de las estructuras dirigentes de la izquierda abertzale.

Según distintas fuentes, Egoitz ayudó a su padre a sentar las bases de la declaración de tregua de 2006, fraguada en conversaciones entre la izquierda abertzale y el dirigente socialista vasco Jesús Eguiguren. Se cree que el papel del hijo de 'Josu Ternera' -alineado con los sectores más duros y refractarios a la negociación política- fue asegurar que su padre mantuviera la organización terrorista controlada, en un momento en el que muchos de sus componentes procedían de la 'kale borroka' en la que él también había militado. Él fue uno de los etarras enmascarados que el 22 de marzo de ese año leyó el comunicado con el cese de la violencia. Obviamente no consiguió controlar a la banda armada puesto que ETA realizó el atentado de la T-4, el 30 de diciembre de 2006, y dio por concluido su alto el fuego, aunque las conversaciones se alargaron aún unos meses. Su papel en el aparato negociador con los enviados del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero es una incógnita aunque se cree que fue bastante discreto. Posteriormente desapareció de todas las estructuras de la banda.

Desde el fracaso de la tregua, Egoitz Urrutikoetxea ha vivido en la clandestinidad, huyendo de un cerco policial cada vez más estrecho y sin tener otro horizonte que la fuga. En marzo del año pasado consiguió escaparse de un operación de la Policía francesa, que lo confundió con un ciudadano galo que practicaba el running. Egoitz Urrutikoetxea tiene pendientes varias condenas en rebeldía en Francia que deberá cumplir antes de ser entregado a España.