Sorzabal, la reincidente más buscada

El 30 de marzo de 2001 fue detenida por la Guardia Civil en Hernani acusada de haber reclutado a un miembro del 'comando Sugoi'. En los interrogatorios confesó haber formado parte del 'comando Ibarla', un grupo al que se atribuyen tres asesinatos y una veintena de atentados perpetrados entre 1994 y 1997 en Navarra, Alicante, Gipuzkoa, Vitoria, Valencia y Gijón.

Las víctimas mortales fueron el policía nacional Eduardo López Moreno, alcanzado el 19 de abril de 1995 por una bomba colocada en un cuartel abandonado de la Guardia Civil en Endarlaza (Navarra); la ciudadana Josefina Corresa Huerta, cliente de El Corte Inglés de Valencia donde el 16 de diciembre del mismo año estalló un artefacto en los lavabos de la cafetería; y el inspector de la Ertzaintza Montxo Doral, víctima el 4 de marzo de 1996 de una bomba adosada a su coche en Irún.

Sorzabal, que fue puesta en libertad provisional el 13 de setiembre de 2001, no ratificó sus declaraciones ante el juez y denunció haber sido sometida a torturas. El 30 de setiembre de 2002 la Audiencia Provincial de Madrid ordenó el archivo de la denuncia, que seis meses antes había sido desestimada por una jueza madrileña. El caso fue recogido en el informe anual sobre la tortura del relator especial de la comisión de derechos humanos de la ONU, el holandés Theo van Boven.

La Policía francesa encontró en mayo de 2002 la autocrítica o 'kantada' de Sorzabal en un refugio del aparato militar en Castres. En media docena de páginas, informaba con todo lujo de detalles a la dirección de ETA de sus actividades en el 'comando Ibarla'. Pero también describía de manera pormenorizada las torturas que denunció. El documento no ha tenido, hasta la fecha, consecuencias jurídicas en su contra.

El rastro de Sorzabal volvió a aparecer en marzo de 2003 en un apartamento de Oloron-Sainte-Marie (Pirineos Atlánticos) en el que se identificaron 57 huellas suyas. En este piso vivía junto al histórico etarra Joxe Domingo Aizpurua 'Pitxas', condenado a seis años por este caso, con quien dirigía la sub-estructura del aparato político 'H-Alboka'.

'Una madre al mando de ETA'

Sus huellas volvieron a aparecer en Toulouse en un piso que hasta febrero de 2005 sirvió de cuartel general al aparato político tras la captura de Mikel Albisu 'Antza' en octubre de 2004. De febrero a julio de 2005 residió en un estudio de Brive-la-Gaillarde (centro de Francia) que alquiló con el nombre de Eugénie Camprubi. También dejó huellas en el piso de Périgueux en el que vivió, de febrero a marzo de 2007, el entonces interlocutor de ETA con el Gobierno, Jon Iurrebaso. Por estos tres últimos refugios fue condenada a tres años de prisión el pasado 30 de setiembre por el Tribunal Correccional de París.

Fotos suyas se encontraron en un ordenador descubierto a comienzos de 2009 en la antigua escuela rural de Vialletons (Alto Loira), que desde agosto de 2008 tuvo entre sus usuarios a los jefes militares Garikoitz Aspiazu 'Txeroki' y Aitzol Iriondo 'Gurbitz'. Aparecía con un niño de corta edad en brazos. La prensa italiana publicó un reportaje titulado 'Una madre al mando de ETA'.

Desde marzo de 2008, su rostro figura en los 30.000 carteles de "se busca" distribuidos por comisarías, cuartelillos, fronteras y aduanas de Francia. En la segunda mitad de 2008 fueron tachados en esos paneles los retratos de Garikoitz Aspiazu 'Txeroki', Aitzol Iriondo 'Gurbitz' y Asier Ezeiza 'Gordo'. En octubre de 2009 se borró el rostro de Iurgi Mendinueta. Sólo quedan la foto suya y de Izaskun Lesaka.