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miguel villameriel
Domingo, 14 de junio 2015, 00:11
Uxue Barkos (Pamplona, 1964) está cerca de convertirse en la nueva presidenta de Navarra por la voluntad de Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e I-E, y de impulsar un Gobierno foral alternativo al de UPN. La palabra "cambio" es la más repetida por la ... candidata de Geroa Bai, que dice estar viviendo unos días "apasionantes". También deja claro que el Ejecutivo que ella lidere "se alejará de los revanchismos y será uintegrador".
¿Ya se ve como la próxima presidenta de Navarra?
La ciudadanía navarra ha hecho un voto mayoritario por el cambio y Geroa Bai, con Uxue Barkos a la cabeza, tiene la encomienda de formar ese Gobierno de cambio como segunda fuerza en Navarra. Me siento legitimada para ofrecer un trabajo en torno a los presupuestos que Geroa Bai expresó en campaña: un Gobierno integrador, sereno y muy sensato.
¿El relevo en el Gobierno de Navarra es imparable?
Hay una mayoría absoluta que apuesta por el cambio, lo que da una estabilidad parlamentaria, siempre y cuando seamos capaces de consolidar un acuerdo programático sólido, que mire a los intereses y a las urgencias de esta sociedad, que pasan por la creación de empleo y la reactivación de la economía. El cambio no sólo es imparable, es un mandato de la ciudadanía.
Todo indica que usted liderará el nuevo Ejecutivo. ¿Qué prefiere, un Gobierno cuatripartito, uno de independientes...?
Estaría bien una fusión de la savia ciudadana que aporta desde fuera de la política con la estabilidad que dan los partidos. Lo que queremos es el Gobierno más sólido posible, que represente de la mejor manera a esta sociedad tan plural. Y también un Gobierno fuerte que no tenga la debilidad de las cuotas de partido. A eso me voy a oponer frontalmente.
"No habrá un Gobierno de cuotas"
¿Geroa Bai podría incluso formar Gobierno en solitario?
Caben muchas posibilidades de Gobierno. Desde luego, el de coalición es una. Aunque lo básico es que sea un Gobierno de todos los navarros.
Si entran otros partidos, ¿con la presidencia para Geroa Bai, la vicepresidencia sería para EH Bildu?
No estamos en ese juego, Geroa Bai no va a permitir que se trabaje en esos términos de reparto de poder. Eso sería un Gobierno débil y la peor de las respuestas que podríamos dar al cambio. No va a haber un Gobierno de cuotas, eso se lo garantizo.
En sus planes iniciales, ¿prefería gobernar con EH Bildu o con el PSN?
No tenía planes iniciales en ese sentido. Siempre dije que era fundamental escuchar la voz de la ciudadanía e interpretar si había un mandato político para el cambio, y en ello estamos. No es una cuestión de preferencias personales, a mí me toca ser lo más integradora posible en la conformación del nuevo Gobierno. Me hubiera gustado que el PSN participara en este cambio, y no descarto que aporte en estos cuatro años.
¿Le preocupan las diferencias que podrían surgir en un Gobierno cuatripartito?
Todos los gobiernos que parten de una estructura no rígida tienen que hacer del acuerdo permanente una de las claves de su estabilidad. En este caso más, si cabe, porque Geroa Bai, EH Bildu e I-E somos coaliciones, y Podemos no tiene una estructura de partido convencional. Ya en las propias formaciones el trabajo de consenso será importante, y en torno al Gobierno se redoblará esa exigencia. ¿Eso dificulta la estabilidad del Gobierno? No. Hace más compleja la toma de decisiones, pero al mismo tiempo la hace más plural. El Gobierno que surja debe tener un acuerdo programático sólido con compromisos claros a lo largo de la legislatura. A partir de ahí podrán surgir diferencias legítimas y habrán de verse en el Parlamento, pero eso nunca puede afectar al trabajo del Gobierno.
Si esas hipotéticas diferencias acabasen antes de tiempo con el 'Gobierno del cambio', ¿se podría generar una frustración?
Somos conscientes de que habrá dificultades, pero el objetivo es formar un acuerdo de cambio que no frustre las expectativas de una sociedad que lleva muchos años pidiéndolo. De nosotros depende llevar adelante con sensatez ese Gobierno para todos.
"Cambio dialogado y de consensos"
¿Tiene claro que una mayoría social navarra se ha pronunciado a favor del relevo de UPN?
Me parece una realidad, no es una interpretación. En torno a UPN y el PP se concitaron unos 100.000 votos, pero las fuerzas que defendemos un cambio obtuvimos 200.000. Con eso no quiero decir que se legitime cualquier tipo de cambio, lo que nos ha dicho la sociedad es que quiere un cambio dialogado y de consensos.
¿Cómo evitarán que se produzca una imagen de revanchismo?
No estamos aquí para hacer lo mismo pero de otro color. Me preocupa la fractura deliberada a la que se ha llevado a la sociedad navarra. Recomponer esa fractura, hacer de la pluralidad un elemento de riqueza y no de confrontación, es nuestro reto. La respuesta no está en el discurso que yo pueda lanzar. El mejor ejemplo de que las cosas no van a ir por esos miedos que algunos apuntan será la propia acción de Gobierno. No habrá revanchismo, aunque ello no equivale a que no vayamos a mirar con lupa la gestión de UPN en las instituciones para analizar posibles malas gestiones, posibles gestiones faltas de ética o incluso otras situaciones.
Alcalde de EH Bildu en Pamplona
Ya hay un alcalde de EH Bildu en Pamplona.
En Pamplona la ciudadanía ha encomendado ese trabajo de cambio a EH Bildu, y nosotros dijomos que no entorpeceríamos esa labor. Tampoco damos un cheque en blanco, aunque esa negociación no tiene nada que ver con la del Parlamento. En nombre de Geroa Bai, trataremos de construir un cambio integrador y muy sereno en Pamplona.
Barkos saborea el buen resultado de Geroa Bai tras vivir "momentos muy dolorosos", como la ruptura de NaBai cuando luchaba contra el cáncer.
¿Qué supone para usted estar a las puertas de la Presidencia de Navarra después de todo lo que ha vivido en los últimos años?
Si me lo dicen hace un año, no me lo hubiera creído. Ésta no era una meta que yo me hubiera planteado. Llegué a la política de una manera muy casual, en torno a un proyecto que me pareció ilusionante y que creo que expresaba bien ese espacio político que estaba un poco huérfano de capacidad de penetración en Navarra. Hace diez años entré en Nafarroa Bai como independiente porque lo vi como una manera de aportar a la sociedad en un momento en el que podía hacerlo. Luego las cosas fueron tomando una deriva que nunca imaginé. Ahora tengo la ilusión de presidir un Gobierno del cambio en Navarra y me parece un reto apasionante. Eso sí, soy periodista y algún día volveré a mi profesión.
¿La presidencia de Navarra es la culminación de una carrera?
Es una responsabilidad preciosa pero, como nunca me lo había planteado, tampoco lo veo como una culminación de nada. Sí que siento una satisfacción, porque lo que hay en ese apoyo de las urnas es un reconocimiento a la apuesta política hecha, que ha sido muy dolorosa por momentos. Recuerdo la ruptura de Nafarroa Bai en 2010 con enorme dolor, porque además me coincidió en una etapa débil en lo personal, en plena zurra del tratamiento contra el cáncer. Ver ahora este respaldo electoral es gratificante, supone un reencuentro con lo que defendíamos, que existe ese tercer espacio político en Navarra y que esa ciudadanía debe tener dónde encontrarse políticamente. Ahora tenemos la oportunidad de trabajar por ello.
¿Haber pasado una enfermedad como el cáncer le da una visión diferente, le ayuda a relativizar?
Sí, sí. No diría que te cambia la escala de valores, porque para mí sigue siendo importante lo mismo de siempre, la familia y los amigos, pero te da capacidad de relativizar cosas.
¿Tiene más mérito llegar hasta donde ha llegado al haber entrado en política como independiente?
No creo que tenga ni más mérito ni menos. Después de diez años, no sé si me vería acatando la disciplina de un partido, aunque sí acepto la disciplina de mi equipo y del trabajo, por supuesto.
Si finalmente es presidenta, ¿tratará de mantener el mismo grado de independencia?
Lo he tenido siempre y pretendo mantenerlo a la hora de construir el nuevo equipo de gobierno.
Suele aparecer en las encuestas como una de las dirigentes políticas más valoradas por los ciudadanos. ¿Tener responsabilidades de gobierno puede conllevar que ya no caiga bien a todo el mundo?
Probablemente, pero no por ello voy a renunciar a llevar a cabo una gestión en la que creo. Siempre he tenido la ambición de que una fuerza como Geroa Bai pudiera gobernar Navarra para trabajar por la pluralidad y el interés general de Navarra.
¿Que una mayoría social pida un cambio en Pamplona equivale a que una mayoría social quiera un alcalde de EH Bildu?
No. Equivale a que una mayoría social demanda a cada una de las fuerzas una labor en ese cambio. En el caso de Pamplona, esa labor se le ha encomendado a EH Bildu.
¿Le genera alguna duda que un Ayuntamiento pueda estar gobernado por una fuerza con la mitad de los concejales que la primera?
Esa segunda fuerza ha sido capaz de sumar hasta 14 concejales con el resto de las fuerzas que quieren un cambio, mientras que los 10 ediles de UPN son incapaces de llegar a acuerdos. Es una cuestión de mayorías.
¿Le consta si genera cierta preocupación el hecho de que EH Bildu gobierne en Pamplona?
Eso es algo que está apareciendo, pero ahí está la responsabilidad enorme de EH Bildu de ser capaz de liderar un Gobierno municipal que, a nuestro modo de ver, debe ser integrador, sereno y sensato. Debe dar satisfacción a los propios, pero nunca castigo a los ajenos.
Ha afirmado que no le corresponde a usted reclamar a EH Bildu que condene a ETA.
Ni a mí ni a nadie. La Justicia da por válidas todas las formaciones que hemos concurrido a las elecciones. No comparto en absoluto la incapacidad de condenar cualquier tipo de violencia, pero EH Bildu tiene una fuerza evidente en el Parlamento y en muchos ayuntamientos. Puede gobernar en Pamplona, en Estella y en Tafalla... A mí me gustaría que todas las fuerzas políticas fuéramos capaces de condenar todas las violencias, y reconozco que es un anhelo que EH Bildu condene la violencia de ETA, como me gustaría ver que UPN condena el franquismo. Voy a seguir trabajando por ello.
¿Un Gobierno liderado por Barkos será un Ejecutivo nacionalista?
Será un Gobierno plural que representará bien a la ciudadanía, algo que no hemos tenido hasta ahora. Porque en los últimos 40 años, por no hablar de los 40 anteriores, hemos visto todo lo contrario. Se arrinconó a un porcentaje de la población cercano al 30%, al que se apartó permanentemente de la toma de decisiones. Yo diría incluso que se le demonizó electoralmente. A mí me consta que a Geroa Bai le han votado personas no nacionalistas y, desde luego, en estos momentos no está como prioridad en mi agenda la cuestión identitaria. En el Gobierno que presida Uxue Barkos habrá nacionalistas vascos, otros que no lo sean y quizá, incluso, algún nacionalista español, como los ha habido hasta ahora.
¿También en la cuestión identitaria tratará de huir de revanchismos?
Sí, lo que queremos es el mejor Gobierno posible. El antivasquismo de UPN nos llevó a situaciones tan ridículas como salir en su día de la Eurorregión entre Aquitania y la comunidad autónoma vasca. De mejorar todas estas cuestiones al revanchismo hay un trecho.
¿Tratará de mejorar las relaciones con el Gobierno vasco?
Lo que ha habido hasta ahora, el antivasquismo de UPN, ha sido un auténtico desastre para Navarra, ha hecho mucho daño. Ésta es una sociedad crisol, con nacionalistas vascos y nacionalistas españoles, con personas que sólo se sienten navarras... Lo que no es aceptable es el antinadismo, y el antivasquismo de UPN le ha costado mucho a Navarra en términos socio-económicos. Nosotros vamos a engrasar esas relaciones socio-económicas, culturales... No podemos vivir de espaldas.
"Que vienen los vascos"
UPN ha advertido de que "la integración de Navarra en Euskadi está en marcha". ¿Lo esperaba?
Es lo mismo de siempre. El que vienen los vascos ha sido su bandera, aunque me parece que es un insulto a la inteligencia de los navarros, porque nadie va a impedir que esté en sus manos elegir su futuro político. En estos momentos hay una herramienta posible para consultar a los navarros, la disposición transitoria cuarta de la Constitución, y ningún partido ha llevado en su programa el interés por activarla. Porque no tiene ningún sentido en estos momentos, cuando hay otros problemas.
Aunque no sea a corto plazo, ¿a medio o largo plazo valoraría la posibilidad de activarla?
Francamente, no lo veo. No veo que esta sociedad esté necesitada de ello en estos momentos. No me atrevo a hablar en un plazo de cinco o diez años, pero ahora tenemos urgencias mucho mayores. Además, creo que tenemos un camino de serenidad y de sensatez que recorrer en la normalización de relaciones.
Si se abriese una reforma constitucional, ¿considera clave que se mantenga esa disposición?
Por descontado. No la sacralizo, pero me parece una herramienta más que garantiza que será Navarra la que decida su destino político.
¿Le gustaría recuperar una colaboración con el Gobierno vasco tipo la del órgano común permanente?
Me gustaría encontrar la fórmula que normalice esas relaciones de la manera más eficaz posible. Veremos cuál es la mejor.
¿Promoverá cambios en la Ley de Símbolos o la Ley del Euskera?
Con respecto a la Ley de Símbolos, hay una ley que redactó el PSN en 1986, estando en el Gobierno, que normalizaba mucho las cosas y que nos permitiría evitar el enfrentamiento de los últimos años. Volver a esa ley de 1986 nos parece razonable, aunque lo decidirá el Parlamento.
¿Le gustaría que las ikurriñas ondeasen en los edificios públicos de Navarra?
No veo razonable que, de un día para otro, se coloque la ikurriña en las instituciones que representan al conjunto de Navarra. Muchos navarros sentimos la ikurriña como propia junto a la bandera de Navarra, pero hay cosas que necesitan un tránsito. Ahora bien, aquellos ayuntamientos que durante años han mostrado su vocación de verse representados por la ikurriña, desde una expresión mayoritaria, creo que tienen todo el derecho a hacerlo. Y eso sí quiero verlo. Me parecería una aberración imponer la ikurriña en el Ayuntamiento de Tudela, pero me parece la misma aberrción impedir la ikurriña en el Ayuntamiento de Leitza.
¿Confía en que el PSN pueda compartir algunas de estas posiciones a lo largo de la legislatura?
Claro que sí. Incluso habrá asuntos que requieran del encuentro de todos los grupos parlamentarios, como algunos retos de orden industrial.
¿Ve a UPN entrando en algún acuerdo con su Gobierno?
Ojalá que, además de controlar al Gobierno, también demuestre talla política y haga oposición atendiendo al interés general de Navarra.
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